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martes, 16 de enero de 2024

SAN JOSÉ CARPINTERO GEORGES DE LA TOUR

 En la presente entrada realizamos un análisis comentario de una de las obras del pintor francés Georges de la Tour quizá algo menos conocido que algunos de sus contemporáneos como del Barroco pero no por ello menos importante.


En la imagen de la izquierda puedes ver la obra San José carpintero, un óleo sobre lienzo realizada por Jacques de la Tour en 1642.

Comenzamos el análisis comentando el tema, se trata de una obra de iconografía religiosa aunque como suele ser habitual en el Barroco no se da importancia al componente religioso sino que está representado desde una óptica cotidiana. Si nos fijamos con atención nos daremos cuenta que el autor nos ha representado a un padre acompañado de su hijo que aparecen trabajando en el taller. El padre aparece encorvado sobre una de sus herramientas mientras que el vástago aparece a su lado sosteniendo una vela que sirve para iluminar la estancia. De la Tour despoja a sus personajes de todo elemento sobrenatural para ofrecer al espectador una escena intima donde un padre está enseñando el oficio a su hijo. Esta idea conecta con otros autores del Barroco como, por ejemplo, Caravaggio o el propio Velázquez, entre otros, que optan por acercar los temas de carácter religioso al pueblo.


Nos centramos ahora en los aspectos formales. Si hacemos referencia al espacio una de las cosas que llaman la atención es que el pintor opta por una puesta en escena sencilla donde salvo la madera que está trabajando San José y los útiles que utiliza para trabajarla, apenas se nos da más información del espacio que ambos personajes ocupan. Ello es debido a que las figuras emergen de la oscuridad siendo parcialmente iluminadas por la luz de la vela que sostiene el niño. En este sentido destaca la maestría del autor para poder representar no solo el efecto de la luz sobre los rostros, siendo más notable en el niño, sino también el humo que se desprende de la vela. La combinación de luces y sombras que utiliza De la Tour en su cuadro convierten a este autor en uno de los máximos exponentes del tenebrismo francés. Con la combinación de ambos recursos del pintor francés consigue no sólo cierta sensación espacial sino también transmitir esa atmósfera íntima que desprenden sus personajes. Es en este sentido en el uso de los recursos técnicos y en la gama de emociones que pretende transmitir al espectador donde podemos encontrar otro de los paralelismos importantes con la obra de Caravaggio pintor al que propio Georges de la Tour veneraba.

Terminamos nuestro análisis comentario haciendo referencia al contexto. La obra que hemos comentado se enmarca dentro del movimiento artístico del Barroco corriente que aparece en el siglo XVII en Italia, un periodo que viene marcado por la poderosa influencia que ejerce la Iglesia Católica quien marca las normas en el tipo de arte que debe hacerse siguiendo las directrices de la Contrarreforma. Este periodo se marca en lo político por la presencia de la monarquía absoluta presente en toda Europa y que tiene especial relevancia en Francia con la figura de Luis XIV. Mientras que en el ámbito económico y social podemos establecer la presencia de diversas crisis unido a la presencia de una gran desigualdad social. En el plano cultural encontramos una importante nómina de escritores y artísticas que provoca que en algunos países como en el caso de España el siglo XVII haya pasado a la historia con el sobrenombre de Siglo de Oro Español.

Con respecto a la corriente artística del Barroco se trata de un estilo que busca sorprender al espectador con exceso de elementos ornamentales, el dinamismo compositivo especialmente visible en la escultura y un interés por la puesta en escena teatral destacando un personal uso de las luces y sombras para crear atmósfera y transmitir emociones y sensaciones al espectador.

Para saber más:

Georges de la Tour

Georges de la Tour en el Museo del Prado

Enlaces de las imágenes utilizadas en la presente entrada:

San José carpintero

San José carpintero