El matrimonio Arnolfini (1434, National Gallery, Londres), una de las obras cumbres en la trayectoria de Jan van Eyck también esconde algún que otro jugoso secretillo...
Giovanni Arnolfini era un hombre hecho así mismo. El éxito conseguido con sus transacciones comerciales le permitió prosperar y escalar puestos en el orden social que le llevaron a codearse con Felipe el bueno a la sazón duque de Borgoña. Puede decirse que el bueno de Arnolfini era algo así como una especie de soltero de oro para la época capaz de atraer a toda niña que se interpusiera en su camino. Entendiendo la atracción por el caché monetario, que no por el atractivo físico...
El caso es que finalmente nuestro amigo Giovanni encontró a su media naranja en Giovanna Cenami, hija de un mercader igual de acaudalado que el propio Arnolfini. Finalmente la boda tuvo lugar un domingo del mes de abril en Brujas. El lugar la casa de los contrayentes. La hora, las 10 de la mañana que luego la ceremonia se nos alarga y apenas queda tiempo para lo interesante. Como fotógrafo la pareja contó con Jan van Eyck. Si ya sé, ahora los puntillosos del rigor histórico se estarán rasgando las vestiduras: ¡Sacrilegio! ha osado referirse a Van Eyck como fotógrafo. Sin embargo nadie puede negar que la pintura es la abuela de la fotografía. O es que pensáis que los retratos y selfies son cosa de la fotografía moderna, ¡criaturas!...
Volviendo a lo que nos ocupa, Van Eyck se encargó de retratar a los novios y al mismo tiempo dejar constancia de su paso por la ceremonia.
La ceremonia empezó con buen pie con los novios cogidos de las manos...
...pero a medida que avanzaba salían a relucir algunas verdades: cari, quiero tener hijos pronto
Echa el freno querida que somos muy jóvenes, una decisión así no hay que tomarla a la ligera, tendremos que pensarlo...
Giovanni cielo, ¿por qué no recoges los zuecos que siempre los dejas en medio?
Giovanna amor, ¿qué hemos dicho sobre tener mascotas en casa?
...Cuando las señales están tan a la vista, la intuición debería bastar para darnos cuenta de que algo no funciona. ¡Pobre Giovanna! su deseo de ser madre no se hizo realidad, y a ello se añadió el descubrir que su esposo tenía una amante quien despechada decidió llevarle ante los tribunales para lograr una compensación. ¡Ay Giovanna! pensar que te casaste con un príncipe y en realidad fue con una rana.
Fuente imágenes, wikipedia.
Para saber más.
PANOFSKY, E. Estudios sobre iconología. Alianza. Madrid. 1984.
PANOSFKY, E. Renacimiento y renacimientos en el arte occidental. Alianza. Madrid, 1993.
Jajaja muy buenos los comentarios de los novios.
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