En la presente entrada vamos a analizar una de las obras más importantes del Cuattrocento italiano: el David de Donatello que puedes ver en la imagen de la izquierda.
Se trata de una escultura exenta o de bulto redondo realizada en bronce con el método de la cera perdida. Pertenece al Renacimiento italiano del siglo XV, 1430, obra de Donatello. La pieza actualmente se conserva en el Museo Bargello de Florencia.
Comenzamos el análisis con el tema. Nos encontramos ante la representación de una figura humana, un joven desnudo, que aparece representado de pie. La pieza tiene unas dimensiones de 1,58 metros de alto lo que la convierte en una obra de gran importancia al tratarse de la primera escultura de gran tamaño realizada en bronce desde la Antigüedad clásica.
Ahora nos fijamos un poco más en la pieza y descubrimos que el joven porta una espada en la mano derecha lo que significa que se ha enfrentado a un enemigo al que ha derrotado pues observamos la presencia de una gran cabeza que aparece a sus pies. Con estos mimbres podemos afirmar que el tema representado pertenece a la iconografía religiosa pues el joven en cuestión es el futuro rey David que se ha enfrentado a Goliath cuya cabeza pisa con el pie izquierdo.
Un elemento a tener en cuenta en el tema que está representado es que el componente religioso pasa a un segundo plano. La razón no es otra que se trata de una pieza renacentista imbuida por los preceptos del Humanismo. El hombre es importante y por ese motivo aparece desnudo, si bien se observa cierta ambigüedad en el tratamiento de la figura visible tanto en el rostro como en la zona del torso y las suaves caderas.
Por otra parte la obra conecta con el contexto de su tiempo merced a la estrecha amistad establecida entre Donatello y Cosme de Médici para quien el escultor realiza la pieza. El David presidía el patio de la residencia Médici y era considerado un símbolo de la ciudad de Florencia teniendo que hacer frente a los numerosos enemigos procedentes tanto dentro como de fuera de la propia ciudad.
En la imagen de la derecha puedes ver a el David de espaldas. Fíjate con atención cómo desde esta posición puede contemplarse el contraposto y la ligera curva que recorre el torso recordando así a la curva praxiteliana.
Otro elemento a destacar reside en el tratamiento del cuerpo, el suave modelado que refleja a un hombre joven, prácticamente un adolescente, y que pone de relieve la pericia del escultor para mostrar la juventud en sus esculturas. Un saber hacer que Donatello igualmente demuestra cuando tiene que representar a personajes en edad avanzada.
Con respecto a los complementos, como ya hemos indicado el personaje va completamente desnudo, siendo el sombrero con el cubre la cabeza y las sandalias de los pies los únicos elementos con los que "vestir" a la figura.
Rematamos el análisis haciendo referencia al contexto. Con respecto a los aspectos generales, hemos indicado que la pieza fue realizada en el siglo XV en Italia. Nos encontramos ante el comienzo del Renacimiento que, durante esta centuria, tiene a Florencia como principal centro. Esta nueva corriente artística supone un renacer a las manifestaciones artísticas y culturales del periodo grecolatino desterrando los años de oscuridad medievales.
Italia durante este periodo está conformado por diversas ciudades estados cada una con su propia autonomía política, económica y militar. A nivel social encontramos la presencia de una aristocracia que en suelo italiano se ve obligada a convivir con una floreciente y ambiciosa burguesía encargada de gobernar las principales ciudades italianas al tiempo que invierten en arte convirtiéndose en destacados mecenas.
Con respecto a los aspectos concretos, Donatello es sin duda una de las figuras más importantes de la escultura italiana del siglo XV. Desarrolla su producción en Florencia bajo la protección de los Médicis. La producción escultórica de Donatello se caracteriza por ofrecer un certero retrato del ser humano en los diferentes estadios vitales, desde la niñez a la vejez. La versión que realiza de el David tiene la habilidad de dejar en un segundo plano la temática religiosa para conectar de lleno tanto con los preceptos humanistas como con el contexto de su tiempo. Un rasgo que también encontraremos en la versión que, del mismo personaje, realizará Miguel Ángel a principios del siglos XVI.
Para saber más:
V. V. A. A. (1994) Historia Universal del Arte. Renacimiento (I). Planeta.
FUSCO, R. (1999) El Quattrocento en Italia. Istmo.
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