En la imagen de la izquierda puedes ver el exterior de la Basílica de San Lorenzo en Florencia. Se trata de una obra arquitectónica de carácter religioso construida en el siglo XV y perteneciente al Renacimiento italiano.
La basílica fue mandada construir por Cosme de Médici a Fillipo Brunelleschi quien comienza las obras en el año 1422, si bien, no pudo completarla debiendo ser terminada por otros artistas. Dentro de la basílica encontramos la capilla funeraria que alberga los sepulcros de Giuliano y Lorenzo de Médicis que fueron realizados por Miguel Ángel en el siglo XVI.
Nos centramos en el análisis de la Basílica de San Lorenzo para hablar de la función del edificio, es un edificio de carácter religioso construido para albergar cultos con una estrecha relación con el poder político debido a la importancia de la familia Médici. En la actualidad el edificio conserva la función religiosa unida a la turística al ser un edificio que se puede visitar.
Con respecto a los materiales de construcción empleados, piedra en el exterior, que sin embargo no está trabajada en sillares regulares, más bien al contrario, en sillarejo y mampostería. También en el exterior observamos la presencia de ladrillo en la cúpula de la cabecera que repite el mismo esquema que el observado en la cúpula del Duomo de Florencia. En el interior el material utilizado es también piedra, posiblemente mármol, tanto para el suelo como para las columnas que recorren la nave central.
En cuanto a soportes observamos la presencia del muro en el exterior mientras que en el interior encontramos columnas como principal soporte. Fíjate en que la estructura es un modelo basilical clásico (aunque en planta marca una cruz), es decir, tres naves la central más alta que las dos laterales y presenta, como puedes ver en la imagen de arriba, una serie de capillas laterales.
Continuamos el análisis centrándonos en el interior. Observa que la nave central presenta dos alturas o cuerpos. El cuerpo inferior está formado por columnas de fuste liso, que se levantan sobre un basamento, y coronadas por capiteles de inspiración corintia. Sobre cada capitel encontramos un pequeño entablamento formado por arquitrabe, friso y cornisa; sobre la cornisa se levantan arcos de medio punto que permite comunicar el espacio central con las naves laterales. El segundo cuerpo está conformado por el muro abierto por vanos para permitir la iluminación al interior. La cubierta en la nave central está formada por un artesonado recorrido por casetones.
Otro factor interesante a tener en cuenta es la sensación de espacio con la presencia de la perspectiva. Esto se consigue por la presencia de las líneas marcadas en el suelo, las verticales de las columnas, las diagonales del cuerpo superior de la nave central y las líneas del artesonado que conducen a un único punto de fuga situado en el altar. Nos encontramos, por tanto, ante el primer ejemplo de perspectiva matemática o artificialis aplicada a un edificio y que vamos a ver también en las pinturas del Renacimiento italiano.
Con respecto a los elementos ornamentales, en el exterior, el edificio es bastante austero presenta la fachada sin terminar y la única ornamentación es la que podemos observar en la combinación de materiales la textura de la piedra y el rojo del ladrillo.
En cuanto al interior, como puedes ver en la imagen que aparece a la izquierda, se juega con la bicromía del gris y el blanco que se observa tanto en el suelo como en la estructura de la nave central. A ello se añade la combinación del blanco y dorado en el artesonado y la presencia de motivos vegetales en los capiteles y relieves en los frisos del entablamento.
Rematamos el análisis haciendo referencia al contexto. En los aspectos generales hemos indicado que la obra pertenece al Renacimiento italiano. La Península Itálica en el siglo XV estaba conformada por una serie de ciudades estado cada una de ellas independiente desde el punto de vista político y militar y con autonomía económica. Al frente de estas ciudades se encontraban importantes familias con importantes conocimientos en los ámbitos políticos, económicos y militares, pero también en el ámbito artístico puesto que actúan como mecenas al apoyar a artistas y encargar obras de arte. De todas las ciudades estado, en el siglo XV, la más importante es Florencia por ser el lugar en el que arranca el Renacimiento y los Médicis los principales impulsores del arte en la zona.
Desde el punto de vista social el Renacimiento en Italia apuesta por una sociedad donde se mantienen las familias nobles aunque son los burgueses los que toman la iniciativa y el control. Y desde el punto de vista económico, dejando al margen la agricultura y ganadería, podemos decir que se vive sobre todo de las relaciones comerciales aspecto éste que es especialmente relevante en ciudades como Venecia.
En cuanto a los aspectos concretos del contexto, hemos indicado que las obras de la Basílica de San Lorenzo fueron iniciadas por Brunelleschi artífice de la perspectiva artificialis, basada en las matemáticas, y una de las figuras más destacadas de la arquitectura del Cuatrocento. De formación orfebre, Brunelleschi es un hombre del Renacimiento con un vasto conocimiento en diferentes ámbitos y, junto a Alberti, uno de los primeros artistas. Brunelleschi es el artífice de terminar el Duomo de Florencia diseñando una cúpula inspirada en la arquitectura romana. El éxito obtenido con tal hazaña le permitirá acceder a otros encargos como el Hospital de los Inocentes o la Basílica de San Lorenzo, en una producción donde la arquitectura compartirá espacio con la escultura y la pintura como sucederá con otros personajes ilustres del Renacimiento italiano como Miguel Ángel.
Para saber más:
V. V. A. A. (1994) Historia
Universal del Arte. Renacimiento (I). Planeta.
FUSCO, R. (1999)
El Quattrocento en Italia. Istmo.
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