En la presente entrada vamos a realizar un análisis comentario de un mosaico.
Comenzamos con la identificación, se trata de una obra pictórica, un mosaico, realizado en un periodo intermedio entre el final del Imperio romano y el comienzo de la Edad Media.
A continuación nos vamos a centrar en el contexto y los aspectos estéticos. Los mosaicos son conocidos en la época antigua siendo utilizados en primer lugar por los griegos y posteriormente adoptados por los romanos. Estos últimos utilizaban los mosaicos para decorar el pavimento de las casas y, en concreto, de aquellas zonas más destacadas. Los temas que solían aparecer estaban relacionadas con la mitología escenas de dioses o de carácter cotidiano como escenas de caza. En el siglo IV cuando el emperador Constantino promulga el Edicto de Milán y el cristianismo se convierte en religión oficial del Imperio, los cristianos adoptan el mosaico si bien ellos en lugar de colocarlo en el suelo lo utilizarán para decorar los ábsides o bóvedas de los edificios religiosos, sean estos basílicas, o funerarios los llamados mausoleos destinados a albergar los restos de gente importante en la sociedad romana.
Nos movemos, por tanto, en un periodo en el que el Imperio romano está viviendo sus últimos compases antes de producirse su colapso que llevará a la escisión del mismo en dos zonas: imperio romano de Occidente con capital en Roma e imperio romano de Oriente con capital en Bizancio.
Contextualizada la obra nos centramos en el análisis conceptual e iconográfico. El tema que está representado pertenece a la iconografía religiosa. Vemos a un joven sentado rodeado de ovejas. Observamos que el joven en lugar de apoyarse en un cayado se apoya en una cruz. Se trata de una representación de Jesús como el buen pastor que toma como referente las primitivas representaciones que podemos observar en las catacumbas donde era posible encontrar a un joven portando una oveja sobre sus hombros.
Por último, nos centramos en el análisis técnico. Debemos hablar de jerarquía pues la figura de Jesús aparece más alta que el resto y ocupa el centro de la composición marcando a su vez un eje de simetría que permite dividir la composición en dos partes. Indicar también que podemos observar motivos vegetales para situar la escena en un escenario concreto si bien no podemos apreciar sensación de profundidad. Si podemos hablar se cierto sentido del espacio observado en la colocación de cada una de las ovejas a diferentes alturas. Con respecto a la luz esta incide tanto en las ovejas como en la figura de Jesús. La paleta es reducida si bien la gama cromática se encuentra equilibrada.
Un último detalle a tener en cuenta reside en las influencias posteriores que podemos encontrar y estas se observan en el hecho de que influye en las representaciones pictóricas que encontraremos en el arte medieval tanto en la pintura mural como en las miniaturas aunque la imagen que se proyecte de la figura de Jesús en cada una de ellas no sea tan amable como la que podemos apreciar en la imagen propuesta.
Para saber un poco más:
Enlace de la imagen utilizada en la presente entrada:
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