En la presente entrada nos vamos a parar en la obra de Eugene Delacroix: La libertad guiando al pueblo; para hacer un análisis comentario del mismo.
Comenzamos por la identificación. Nos encontramos ante una obra pictórica, óleo sobre lienzo, realizado en la primera mitad del siglo XIX, perteneciente al Romanticismo corriente francesa. Es arte contemporáneo y su autor es Eugene Delacroix.
Enmarcamos la obra en el contexto. El final del siglo XVIII viene marcado por el advenimiento de la Primera Revolución Industrial que supone un gran cambio económico y social. Económico porque en los primeros compases del siglo XIX las ciudades crecen y se transforman rápidamente. Y social por la presencia de dos clases sociales que buscan su sitio: los burgueses y los obreros.
En el plano político las consecuencias de la Revolución Francesa que estalla el 14 de julio de 1789 se dejan notar en el periodo decimonónico dejando atrás al Antiguo Régimen para entrar de lleno en el mundo contemporáneo. La mayor parte de los países europeos siguen apostando en mayor o menor medida por la monarquía. En el caso que nos ocupa de Francia la mencionada revolución trae consigo la llegada de un emperador llamado Napoleón Bonaparte y tras él la sucesión de monarcas que con desigual fortuna intentarán mantenerse en el trono hasta que se produzca un cambio de régimen, a mediados de la centuria, con el advenimiento de la República.
Con respecto al ámbito artístico y en el plano pictórico que es lo que nos interesa, debemos mencionar la irrupción del Romanticismo corriente a la que pertenece el cuadro que vamos a analizar a continuación.
Comenzamos nuestro análisis por el tema representado. Nos encontramos ante un tema de historia, de época actual, es decir, que refleja un hecho real que sucedió en la época en la que vivió el propio Delacroix y del que seguramente fue testigo. Se trata de las revueltas que se viven en la ciudad de París de claro signo político donde las diferentes clases sociales se levantan en armas propiciando un cambio de gobierno: la sustitución de Carlos X por Luis Felipe de Orleans.Si te fijas en el cuadro aparecen representantes de cada una de las clases sociales, desde burgueses, obreros, hasta mendigos y también miembros del ejército que han sido movilizados para sofocar la revuelta. Aunque lo más relevante es el grupo de sublevados quienes armados siguen de manera incondicional a la mujer que encabeza la marcha y que simboliza a la libertad.
Nos centramos en el análisis de los aspectos formales. Como puedes apreciar en la imagen que aparece a la izquierda lo más destacado es una composición piramidal que engloba las principales figuras: la mujer, el niño, la figura que aparece a los pies de la mujer y los muertos que aparecen en primer término sobre los cuales podemos colocar la base de dicha pirámide.
Otro elemento a tener en cuenta reside en las líneas compositivas que podemos trazar; una gran cantidad de diagonales que cruzan a los personajes principales uniéndolos entre sí.
La composición es muy dinámica y su ritmo viene otorgado por el dinamismo de los personajes y, en concreto, por las líneas que recorren el vestido de la mujer que recuerda a su vez a la Victoria de Samotracia.
Con respecto al uso de la luz y las sombras observa que Delacroix las usa con maestría. El foco de luz más potente se concentra en la Libertad con los pechos desnudos y ataviada con un gorro frigio quien encabeza la marcha sosteniendo en lo alto la bandera tricolor. La luz también reside, de manera significativa, en los cuerpos de los cadáveres que se amontonan en primer término, así como en el personaje que está de rodillas ante la Libertad. Mientras las sombras se concentran en la figura del niño y parcialmente en los hombres que encabezan la marcha de rebeldes. También observamos sombras en el margen superior de la izquierda mientras que en el margen superior de la derecha apreciamos un mayor interés por la luz subrayando la niebla que envuelve las estructuras arquitectónicas que vemos al fondo.
En cuanto a las influencias, al margen de la conexión entre la Libertad y la Victoria de Samotracia, podemos encontrar conexión con la Balsa de la Medusa de Gericault por el interés en la composición piramidal; así como la influencia de Goya en los cuadros que el español realizó sobre el 2 de Mayo.
Finalmente en cuanto a la gama cromática destacan en general los tonos ocres, llama la atención el rojo que en este caso viene marcado por la bandera, el gorro de la mujer y el tocado y fajin de la figura que se encuentra a los pies de ésta y que subraya el coraje y el valor patriótico. También debe mencionarse el estudio de los cielos con un nuevo guiño al británico Constable. Y la sensación que, a nivel cromático, todo el cuadro se encuentra equilibrado transmitiendo al mismo tiempo el valor épico que requiere la escena.
Cerramos el análisis comentario retomando el contexto. Al comienzo del análisis hemos indicado que esta obra se inscribe dentro del Romanticismo corriente que aparece a principios del siglo XIX en Alemania y que a nivel pictórico destaca por tres corrientes: la francesa, la británica y la alemana. En cuanto a los rasgos de la pintura romántica destaca por la variedad de temas, la importancia otorgada al color y dar valor a los sentimientos mediante unos personajes que expresan tanto con su lenguaje corporal como a través de sus rostros. Lo que pretenden es transmitir sensaciones y emociones al espectador. Con respecto al autor hemos mencionado que esta obra pertenece a Eugene Delacroix uno de los pintores franceses más importantes de la primera mitad del siglo XIX. Delacroix se caracteriza por dar importancia al color, especialmente al rojo que aparece como una constante en toda su obra. Junto a ello el interés por una pincelada rápida en algunos casos casi abocetada y la importancia otorgada a lo exótico merced a los viajes realizados por el norte de África especialmente Marruecos.
Para saber más:
NERET, G.,(2000) Delacroix. Taschen
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