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jueves, 6 de octubre de 2022

PERRO SEMIHUNDIDO GOYA

 

En la presente entrada realizamos un análisis comentario de la obra Perro semihundido obra pictórica realizada entre 1819-1823, originalmente pintura mural traspasado a lienzo, que formaba parte de la decoración de la Quinta del Sordo.

El contexto en el que podemos ubicar la obra corresponde a los últimos años que el pintor aragonés vive en España antes de su exilio a Burdeos. El panorama político, económico y social del país es desolador pues supone la vuelta del absolutismo en la persona de Fernando VII lo que supone un retroceso y una oportunidad perdida para modernizar el país desde todos los ámbitos. En el plano internacional se producen cambios relevantes siendo el más llamativo el ocaso del emperador Napoleón Bonaparte y la reorganización del mapa europeo.

En este contexto englobamos la obra que vamos analizar donde desde el punto de vista temático nos encontramos ante una pieza difícil de clasificar. Lo que vemos en un primer vistazo es la representación de un paisaje donde es posible ver la imagen de un animal, un perro, que parece emerger de la tierra o querer hundirse en la misma.



A nivel compositivo podemos observar como la línea de horizonte aparece marcada aunque se observa cierto desequilibrio pues la zona del cielo es más amplia que el suelo; además el hecho de que aparezca un fondo sin definir, sin posibilidad de establecer una división intermedia entre cielo y tierra contribuye a reforzar aún más dicho desasosiego en el espectador.

Con respecto a la gama cromática utilizada predominan los tonos tierras aunque con un contraste bastante acusado en las tonalidades observadas en el cielo y en la tierra. En cuanto a la luz esta se concentra en su mayor parte en la parte superior de la composición permitiendo así resaltar la cabeza del perro que emerge, mientras que las sombras aparece concentradas en la parte inferior de la composición. Debe indicarse que la luz juega un papel destacado en esta obra diferenciándola del resto de las pinturas negras de Goya al convertirse El perro semihundido en una de las más luminosas.

Con todo la obra presenta una pincelada extremadamente ligera y rápida siendo una obra donde lo menos relevante es lo que representa y como lo representa, sino las texturas conseguidas a nivel pictórico avanzando tanto a la corriente impresionista como a los movimientos de vanguardia del siglo XX.

Cerramos el análisis comentario volviendo al contexto. Indicamos que la obra analizada forma parte de las pinturas negras conjunto pictórico con el que Francisco de Goya decora las dos plantas de la Quinta del Sordo. Las pinturas negras conviven con el estilo artístico del Romanticismo que estaba en pleno apogeo en las primeras décadas del siglo XIX. En estas pinturas Goya transita por varias temáticas como el costumbrismo, lo religioso y lo mitológico teniendo en común todas ellas una grama cromática que oscila entre los grises y marrones y un juego de luces y sombras con los que subrayar la desolación por la que estaba pasando el artista en esos momentos. Las pinturas negras constituyen la última gran obra que Goya realiza en España. En el momento de culminarlas y consciente de que seguir viviendo en España no es seguro para él decide exiliarse a Burdeos en Francia donde morirá en el año 1828.

Para saber más:





Enlace de la imagen utilizada en la presente entrada:


SATURNO DEVORANDO A SU HIJO

 

En esta entrada realizamos un análisis de Saturno devorando a su hijo. Se trata de una obra pictórica, una pintura mural en origen traspasado a lienzo, que Goya pinta entre los años 1820-1823. La obra formaba parte de la decoración que el propio pintor realizó en la Quinta del Sordo una casa que adquiere hacia 1818. 

El contexto en el que podemos ubicar la obra corresponde a los últimos años que el pintor aragonés vive en España antes de su exilio a Burdeos. El panorama político, económico y social del país es desolador pues supone la vuelta del absolutismo en la persona de Fernando VII lo que supone un retroceso y una oportunidad perdida para modernizar el país desde todos los ámbitos. En el plano internacional se producen cambios relevantes siendo el más llamativo el ocaso del emperador Napoleón Bonaparte y la reorganización del mapa europeo.

En este contexto englobamos la obra que vamos analizar donde nos encontramos ante una temática mitológica pues Goya aborda el mito de Saturno quien decide devorar a sus hijos para evitar así el oráculo que había profetizado su caída y desgracia. El tema que nos ocupa ya había sido tocado con anterioridad en el siglo XVII por Rubens quien se muestra más fiel a la historia original. En el caso de Goya la figura de Saturno es una metáfora del paso del tiempo vivido por el propio pintor así como de la situación por la que atraviesa España en el momento en el que el autor se encuentra enfrascado en la realización de las pinturas negras.


Como puedes ver en la imagen de la derecha, Goya deforma al personaje hasta convertirlo en un ser grotesco donde llama la atención la mirada desorbitada de su rostro. Además debe indicarse que el personaje ha sido sorprendido en el acto de devorar a un de sus vástagos momento que resulta especialmente violento al ser testigo el espectador del cuerpo desmembrado y el río de sangre que corre por el mismo.

Desde el punto de vista compositivo la figura emerge desde la zona de la derecha dominando todo el conjunto y emergiendo de un fondo negro sin definir. En el estudio anatómico de la figura se pone de manifiesto la desproporción de sus miembros lo que refuerza aún más el carácter monstruoso de la figura. A ello se debe añadir que el autor no tiene el más mínimo interés en que el tamaño de su personaje cuadre con el espacio en el que se encuentra, más bien al contrario, en un deseo por transmitir desasosiego y angustia en el espectador.

En cuanto a la gama cromática se observa la presencia de tonos marrones en la figura y tonalidades rojizas en el cuerpo del hijo. La luz incide de lleno en el cuerpo desmembrado subrayando la sensación de terror que se pretende transmitir, efecto que se consigue también al iluminar parcialmente al monstruo, especialmente, sus ojos.

Con respecto a posibles influencias es relevante esta obra por la deformación del personaje que supondrá una notable influencia en movimientos artísticos posteriores como el expresionismo alemán.

Cerramos el análisis comentario volviendo al contexto. Indicamos que la obra analizada forma parte de las pinturas negras conjunto pictórico con el que Francisco de Goya decora las dos plantas de la Quinta del Sordo. Las pinturas negras conviven con el estilo artístico del Romanticismo que estaba en pleno apogeo en las primeras décadas del siglo XIX. En estas pinturas Goya transita por varias temáticas como el costumbrismo, lo religioso y lo mitológico teniendo en común todas ellas una grama cromática que oscila entre los grises y marrones y un juego de luces y sombras con los que subrayar la desolación por la que estaba pasando el artista en esos momentos. Las pinturas negras constituyen la última gran obra que Goya realiza en España. En el momento de culminarlas y consciente de que seguir viviendo en España no es seguro para él decide exiliarse a Burdeos en Francia donde morirá en el año 1828.

Para saber más:




Enlace de la imagen utilizada en la presente entrada:

sábado, 1 de octubre de 2022

LA GALLINITA CIEGA

 Vamos a ocuparnos en la presente entrada del análisis de una de las obras tempranas de Francisco de Goya, La gallinita ciega.


Comenzamos identificando la obra. Se trata de una obra pictórica realizada en óleo sobre lienzo pintado por Francisco de Goya en 1789. Es un cartón para tapiz, es decir, el modelo que necesitan los tejedores de la Real Fábrica de Tapices de Madrid para realizar su trabajo. La obra se llama La gallinita ciega y se conserva actualmente en el Museo del Prado de Madrid.

A continuación situamos la obra en su contexto. En primer lugar hay que tener presente que un autor como Francisco de Goya que vive a caballo entre dos siglos, es fundamental tener en cuenta en qué momento realiza sus cuadros para poder encuadrarlos en el contexto adecuado. Teniendo en cuenta esta premisa establecemos que la obra se realiza en los últimos compases del siglo XVIII, de tal modo, hablamos del sistema político, económico y social del Antiguo Régimen. Aunque si nos fijamos en la fecha del cuadro podemos concretar un poco más al decir que Goya pintó su cuadro el mismo año en el que estalla la Revolución Francesa lo que supone el fin del Antiguo Régimen y la entrada en la era contemporánea. Además si nos centramos en España es conveniente indicar que en nuestro país el sistema político es una monarquía, en este caso, con la figura de Carlos IV y un deseo por parte del gobierno español de cerrar las comunicaciones con los Pirineos evitando así que las consignas revolucionarias lleguen a territorio español.

Es en este contexto en el que Francisco de Goya desarrolla sus primeros cuadros combinando los retratos de miembros de la corte con las series que realiza de cartones para tapices trabajos con los que consigue estabilizarse en la corte española llegando a alcanzar el estatus de pintor de corte.

La obra analizar pertenece a la cuarta serie de cartones para tapices destinados a ornamentar las estancias de la Familia Real y en los que Goya trabaja entre los años 1788 a 1792. Comenzamos el análisis con el tema. Se trata de un tema de carácter costumbrista pues refleja a una grupo de majos y majas jugando a la gallinita ciega juego popular que también es conocido como el cucharón. La premisa del juego consiste en vendar los ojos a uno de los jugadores mientras el resto forma un corro a su alrededor; el objetivo es que la gallina, es decir, el jugador con los ojos vendados pueda tocar a uno de los integrantes del corro merced a un cucharón que porta de la mano.


En la imagen puedes ver cómo los integrantes del corro arquean o agachan sus cuerpos con tal de evitar que el jugador ciego les toque con su cuchara. Este juego popular muy conocido entre el pueblo de la época es aquí jugado por miembros de la corte española que se visten como campesinos (majos y majas) mientras juegan en una placentera tarde estival.

Goya recoge una tradición popular que le sirve como excusa para criticar el carácter ocioso de la aristocracia española mientras el pueblo no tiene que comer. En este sentido el pintor se muestra como un auténtico ilustrado al tiempo que compara este tipo de comportamientos con los mantenidos por la aristocracia y realeza francesa antes del estallido de la revolución.

En cuanto a los aspectos formales debe indicarse que el círculo es la figura que domina a nivel compositivo y de la que se sirve Goya para crear tanto sensación de espacio como ritmo compositivo. La referencia espacial aparece igualmente subrayada por la colocación de los personajes y del paisaje que vemos tras ellos compuesto por un lago y unas elevaciones montañosas al fondo.

En cuanto al empleo de la luz, en líneas generales, la obra resulta especialmente luminosa observándose algunas sombras en el personaje que aparece en el interior del corro, así como en el margen inferior derecha de la composición.


Con respecto a la gama cromática es muy suave con predominio de los tonos pastel como suele ser habitual en esta primera etapa del pintor aragonés. Llama igualmente la atención el tratamiento otorgado al paisaje del fondo cuyos contornos parecen difuminarse como envueltos en una ligera niebla lo que revela el interés de Goya en los maestros del pasado.

Con respecto a la pincelada es rápida y ligera si bien a medida que avance en su producción artística Francisco de Goya se mostrará como un consumado maestro en este campo.

Cerramos el análisis haciendo una nueva mención al contexto. En este caso nos centramos en la figura de Francisco de Goya quien tras formarse en Zaragoza llega a Madrid donde por mediación de su cuñado Francisco Bayeu consigue un trabajo como pintor de cartones para tapices en la Real Fábrica de Madrid. En estos primeros trabajos Goya pinta ante todo estampas costumbristas que muestran los usos y costumbres de la sociedad de su tiempo. A este periodo corresponden obras como "El quitasol", "La romería de San Isidro" o "El pelele" donde también incide en los juegos y pasatiempos populares. Obras donde la importancia de la luz y la suavidad de los tonos empleados ha hecho que algunos autores se refieran al Goya amable. Sin embargo, es justo indicar que ya en estas obras encontramos la crítica social que se puede ver en los retratos de corte y sobre todo en la primera de sus series de grabados llamadas los Caprichos en los que trabaja a partir de la década de los noventa del siglo XVIII.

Para saber más:

Os dejo un breve vídeo donde se explica el proceso de restauración del cuadro que hemos analizado.







Enlace de la imagen utilizada en la presente entrada:

https://es.wikipedia.org/wiki/La_gallina_ciega_(Goya)#/media/Archivo:La_gallina_ciega_(cart%C3%B3n_restaurado)_por_Francisco_de_Goya.jpg