Os presentamos a Vicent Van Gogh pintor holandés del que puedes ver a la izquierda uno de los muchos autorretratos que realizó a lo largo de su corta e intensa trayectoria.
Van Gogh está vinculado a la corriente del Post-impresionismo que engloba a una serie de jóvenes artistas entre los que se encuentran Gauguin y Tolouse Lautrec, que siguen revolucionando la forma de entender la pintura más allá del camino explorado por el Impresionismo.
El protagonista de la presente entrada encaja a la perfección en el esquema de artista atormentado. Dotado de una extraordinaria sensibilidad con numerosos altibajos emocionales, intenta abrirse camino en el arte ofreciendo una obra diferente de pincelada nerviosa y quebrada que se convertirá en su sello personal y en precedente de algunos de los movimientos de vanguardia surgidos antes de la Primera Guerra Mundial. En esta entrada vamos a repasar algunas de sus claves a través de sus obras más significativas.
La primera parada la hacemos con el cuadro que puedes ver a la derecha. Se trata de Los comedores de patatas realizado en 1885. Forma parte de los primeros titubeos de Van Gogh a la pintura cuando se encuentra destinado en las zonas mineras de Holanda desempeñando el oficio de pastor protestando en un vano intento por seguir la vocación familiar.
Observa que, pese a la presencia de una paleta oscura, sin embargo es posible apreciar algunos elementos que serán una constante en la obra pictórica de este autor. Su pincelada empastada y el interés por las texturas visibles en los rostros recios y las manos nudosas de los protagonistas.
Otra de las claves de Van Gogh es la admiración que siente hacia los Ukiyo-e, los grabados japoneses que llegan a Francia en la segunda mitad del siglo XIX y que se convierten en una influencia destacada en los pintores de la época.
En la imagen que aparece a la izquierda puedes ver, en primer lugar la pieza situada a la izquierda, El puente Ohashi y Atake bajo una lluvia repentina, realizado por el grabador japonés Hiroshige uno de los más destacados representantes del Ukiyo-e. Mientras que la imagen más situada a la derecha puedes ver la copita realizada por Vincent Van Gogh. El entusiasmo que siente el holandés hacia los grabados japoneses se revela en el interés por la línea y el uso de unos colores planos, aspectos con los cuales los japoneses logran la sensación de espacio. También el hecho de que los motivos tratados en estos grabados son de carácter costumbrista.
Van Gogh destaca por su labor como retratista. En la imagen de la derecha puedes ver el retrato de Pere Tanguy. Este personaje es uno de los nombres más influyentes del París de finales de siglo XIX. Se puede decir que todo joven pintor acudía a él para establecerse y comenzar a hacerse un nombre debido a los contactos que tenía. Cuando Tanguy conoce a Van Gogh enseguida se percata de la problemática personalidad del holandés al que aconseja abandonar París para retirarse a un entorno más tranquilo, Arles donde Van Gogh desarrollará toda su producción. Lo interesante en este cuadro es que encontramos ya la pincelada quebrada y nerviosa del pintor holandés; pero además podemos apreciar que el personaje ha sido retratado acompañado de diversos grabados de arte lo que pone de relieve el conocimiento artístico de este marchante que, si te fijas con atención, podemos observar en los rasgos del rostro ciertas reminiscencias orientales.
Entre los numerosos retratos que Van Gogh realizó de las personas próximas a su entorno podemos mencionar el retrato del Dr. Gachet quien se ocupa de tratarle en las sucesivas crisis que sufre; y también podemos mencionar el retrato del Cartero Roulin encargado de hacer llegar a Van Gogh las diferentes cartas que su hermano Theo le escribía.
A la izquierda puedes ver el cuadro Café de noche o café nocturno (1888) El cuadro se enmarca dentro de la temática costumbrista reproduciendo el interior de un café que realmente existió en Arles y que se caracterizaba por permanecer abierto toda la noche para recoger a aquellas personas que, debido a su estado de embriaguez, debían pasar la noche en él ante la negativa de los dueños de la pensión.
En un vistazo general lo que nos llama la atención es la combinación de colores, amarillo del suelo, verde de la mesa de billar y el techo y rojo de las paredes. Observa que el amarillo igualmente está presente en las lámparas que penden del techo. La referencia espacial viene dada por el uso del color, las líneas marcadas en la tarima del suelo y la luz. Fíjate como la perspectiva aparece falseada por el autor para transmitir en el espectador la enorme sensación de desasosiego que se observa en la escena. Una sensación de angustia y opresión que no queda aliviada ni siquiera por el hecho de la puerta que aparece abierta al fondo de la composición.
Cerramos nuestro repaso a las claves de este autor con la imagen que puedes ver a la derecha. Se trata de La noche estrellada(1889) y que fue pintado por Van Gogh como parte de la terapia que le permitía recuperarse de los episodios de crisis sufridos.
En esta caso nos encontramos ante un paisaje nocturno con una vista de la propia Arles. Observa la presencia de líneas nerviosas tanto en el ciprés cuya silueta se levanta en el extremo de la izquierda, como en el paisaje montañoso y el tratamiento del cielo. Un cielo nocturno plagado de estrellas que parecen moverse gracias a las formas de ondas que recorren la composición.
Por último os dejo un breve vídeo sobre el autor:
Para saber más:
GOMPERTZ, W. (2013) ¿Qué estás mirando? 150 años de arte moderno en un abrir y cerrar de ojos. Taurus, Madrid.
Enlaces de las imágenes utilizadas en la presente entrada:
No hay comentarios:
Publicar un comentario