En la presente entrada vamos a realizar un análisis comentario de la obra cuya imagen puedes ver a la izquierda. Se trata de Habitación de hotel, realizada por Edward Hopper en la década de los 30.
Comenzamos con unas pinceladas del contexto, qué está pasando en ese periodo. Nos encontramos en plena Gran Depresión que comienza con el crack de la bolsa de Nueva York en 1929 poniendo fin, de manera abrupta, a los "felices veinte". En el apartado económico es una época muy convulsa no solo para Estados Unidos sino también para Europa. Si bien al otro lado del atlántico la situación es terrible debido al elevado número de desempleo que se vive en el país de las oportunidades.
Con respecto al plano político, la situación no es mucho mejor. En Europa se produce el auge de los totalitarismos en Alemania y consolidación en Italia y la Unión Soviética. En el caso de España la Segunda República dará paso a un conflicto bélico que durará tres años, 1936-1939; esta difícil situación tendrá un final terrible en forma de Segunda Guerra Mundial que se desarrollará durante el periodo 1939 a 1945.
En ese contexto situamos nuestra obra que muestra un interior, una habitación de un hotel, donde observamos una figura humana, una mujer, sentada en la cama. La puesta en escena es sencilla, la cama sin deshacer, el equipaje colocado en el suelo, la ropa de la mujer que reposa cuidadosamente en un sillón mientras que nuestra protagonista está enfrascada en la lectura de un papel.
Si nos centramos en la sensación espacial conseguida nos daremos cuenta que se consigue gracias a dos factores fundamentales, la disposición del mobiliario y el uso de la luz. En el primer caso destaca el fragmento de mobiliario que apreciamos en el margen de la derecha y la cama que aparece a nuestra izquierda. Con ambos elementos se abre el espacio destacando la diagonal que marca la cama y que permite al espectador entrar en la habitación. En el caso de la luz apreciamos como ésta incide en la figura iluminando parcialmente su cuerpo y resaltando el blanco de las sábanas donde se concentra el principal foco de luz. De la cama la luz incide también en el resto de los elementos que aparecen colocados por la habitación.
La luz incide también en la pared que aparece al fondo resaltando el color blanco de la misma al tiempo que enmarca la figura de la mujer. Este uso de la luz unido al tipo de gama empleada con predominio de los tonos fríos, provoca en el espectador una sensación de frío en el ambiente y al mismo tiempo de soledad sensación esta último que se subraya también por la expresión del rostro envuelto en una ligera sombra.
En líneas generales, el cuadro no transmite una sensación placentera sino todo lo contrario, la soledad de un individuo, una mujer en este caso, y una serie de pistas que permitan al espectador fantasear acerca del desenlace que aguarda a nuestra misteriosa protagonista.
Completamos el análisis haciendo referencia al contexto, en este caso con una breve mención al autor de la obra analizada. Edward Hopper es un pintor estadounidense activo en la primera mitad del siglo XX. Su obra se caracteriza por reflejar escenarios cotidianos donde se desarrolla una historia protagonizados por seres humanos sobre los que sobrevuela una sombra de soledad. Se le incluye dentro de la etiqueta de Nuevo Realismo o Realismo estadounidense caracterizado por reflejar la realidad que le rodea. Si bien sus obras comparte cierta conexión con la manera de retratar lo cotidiano por parte del pintor holandés del siglo XVII Johannes Vermeer, así como ciertas conexiones con la pintura metafísica de Chirico o la vertiente del Surrealismo en cuanto al transmisión de atmósferas se refiere.
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