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sábado, 15 de octubre de 2016

EXPOSICIONES UNIVERSALES

Las exposiciones universales son unos eventos que comienzan en el siglo XIX. Nacen al calor de los avances y cambios introducidos por la Revolución Industrial. Se celebran periódicamente, en un país concreto y su misión es mostrar los avances en diferentes campos. Estas exposiciones son temáticas y el objetivo de esta entrada es repasar las más importantes relacionadas con la era industrial en el XIX.

La imagen de la izquierda corresponde a una vista de Hyde Park en Londres. Aquí tiene lugar, en 1851, la primera Exposición Universal de la historia (si bien las primeras se habían celebrado en Francia) y donde se muestra el liderazgo del imperio británico como gran potencia internacional.

En toda feria que se precie es necesario contar con un lugar para exhibir los productos. En Londres ese lugar es el Crystal Palace diseñado por Joseph Paxton. En la imagen tenemos una vista del edificio desde el exterior.












Joseph Paxton se ganaba la vida diseñando invernaderos y ese es el aspecto que ofrece el Crystal Palace, una estructura de hierro y cristal para poder aprovechar la luz natural en el interior. Esta pieza no se conserva en la actualidad, pero su aspecto creó escuela para la construcción de edificios similares. A continuación proponemos algunos ejemplos.

Arriba a la izda., tenemos el interior del Palacio de Cristal de Madrid. A la dcha., una vista del mercado de Berlín. Muestras de cómo cambia la arquitectura con nuevos materiales y unos plazos de construcción muy rápidos.

Con este cartel se publicitó la exposición universal celebrada en Barcelona en 1888. La ciudad, por aquel entonces, estaba sumida en una profunda remodelación urbana como consecuencia de la vorágine industrial que a su vez permitirá la llegada del arte modernista.




El plano que aparece a la dcha., nos da una idea general de los distintos pabellones que se construyen para albergar la exposición. Algunos de los edificios y monumentos construidos para la ocasión se conservan en la actualidad. Es el caso del Arco de Triunfo del Parque de la Ciudadela o el actual Museo de Zoología que aparece bajo estas líneas.



En 1889 se celebra una nueva exposición esta vez en París. La fecha está cargada de significado pues se conmemora el centenario de la Revolución Francesa.












La pieza clave de la exposición era la Sala de las máquinas. Para construirlo los franceses toman como referente el Crystal Palace de Londres. Al igual que aquel, la Sala de las máquinas está construida en hierro y cristal. La diferencia es su extensión, el empleo de veinte puntales para sostener el edificio en el interior, y la presencia de una cinta para transportar a los visitantes.

Pero sin duda la atracción de la exposición sería la Torre Eiffel. Construída por el ingeniero Gustave Eiffel, en su momento fue despreciada, pero hoy en día es un símbolo indiscutible de la ciudad del Sena. En la imagen tenemos un esquema con las dimensiones.

En la imagen de la dcha., podemos apreciar grabados de la época que nos muestran los primeros ascensores de la torre para subir por ella. En sentido estricto, la torre es un esqueleto construido en hierro y dividido en secciones. En cada una de ellas podemos encontrarnos desde tiendas de souvenirs a restaurantes.

Con esta obra la figura del ingeniero cobraba importancia frente al arquitecto. Y se dinamitan las reglas de la construcción tal y como se conocían hasta entonces. Conviene recordar además que la torre Eiffel es contemporánea a los primeros rascacielos que se están construyendo en Estados Unidos.




Antes de que termine el siglo, en 1893, se celebra una importante exposición al otro lado del Atlántico. En este caso la ciudad anfitriona será Chicago. En la imagen tenemos una vista de la llamada "Ciudad Blanca". Chicago experimenta una transformación radical a raíz del incendio sufrido a comienzos de los setenta. Es entonces cuando aparece la Escuela de Chicago cuyos artífices se ocuparán de la construcción de los primeros rascacielos de la historia. La exposición de la ciudad del viento, al margen de presentar innovaciones, introduce atracciones de feria y la oportunidad de ver un barco vikingo.


Arriba una imagen de la Ferris Wheel. A la dcha., réplica de un barco vikingo.




Relación de las imágenes, Wikipedia.

Para saber más.

GÖSSEL, P. y LEUTHÄUSER, G. (2005) Arquitectura del siglo XX. Vol.1. Taschen.


viernes, 7 de octubre de 2016

PINTURA Y MÚSICA

Resulta curioso descubrir las conexiones que podemos establecer entre la pintura y la música. En esta entrada se propone una selección de cuadros del XIX y su correspondencia musical.

El cuadro El naufragio de Turner (1805) Entre 1804 y 1808 Beethoven compondría la 5ª Sinfonía. Curiosamente su estreno coincidía con el comienzo de la Guerra de la Independencia en España.

Caspar David Friedrich es el autor del cuadro que aparece en imagen Abadía en el robledal (1809). Su atmósfera misteriosa nos permitiría conectarla con la pieza Una noche en el monte pelado de Modesto Músorgski que sería utilizada por Walt Disney en el film Fantasía.


La conexión con Músorgski la podemos hacer con esta obra que aparece a la izquierda, La pesadilla de Füssli.





Delacroix pinta en 1830 La libertad guiando al pueblo, haciéndose eco de las revueltas vividas en París contra el monarca Luis Felipe de Orleans. El cuadro es un canto a la libertad como también lo son las voces que Beethoven incluye en el cuarto movimiento de su 9ª Sinfonía.

A la izquierda la obra Eugenia emperatriz de los franceses y sus damas de compañía, pintado por Franz Xaver Wintelhalter en 1855, bien se merece un brindis como el que propone Verdi en la Traviata.


Fin de un arabesco que Degas pinta en 1877, es uno de los muchos cuadros realizados por el citado pintor, donde las gráciles bailarinas parecen flotar sobre el escenario de un modo similar a las protagonistas del ballet El lago de los cisnes de Tchaikovski.





Ofelia pintada por Millais en 1852 puede encontrar su paralelo con el Claro de luna de Beethoven e incluso con una pieza similar compuesta por Chopin.


Aníbal cruzando los Alpes obra de Tuner (1810-1812) nos muestra un paisaje inhóspito que muy bien puede tener de fondo una pieza wagneriana.


De momento, una última conexión, el Aquelarre de Goya y la danza del fuego del Amor brujo de Falla. 




Referencia de las imágenes Wikipedia.

GOYA Y LAS INFLUENCIAS

Con frecuencia los investigadores y críticos de arte suelen referirse a Francisco de Goya como un pintor que recoge influencias del pasado y al mismo tiempo tiende puentes al arte que está por venir. La siguiente entrada propone una selección de las conexiones Goya.

En primer lugar tenemos a una conexión a tres: Tiziano, Goya y Manet.





Manet es un entusiasta de la obra del aragonés. Obras como La ejecución del emperador Maximiliano o El balcón son un buen ejemplo.


En estas imágenes encontramos la influencia de Goya sobre Manet. Disposición similar y temática parecida. Los fusilamientos del 3 de mayo inspirarían a Picasso para su célebre Masacre en Corea. Mientras que Majas en el balcón de Goya, toma como referente a Murillo.






Por último indicar que La lechera de Burdeos, aunque la autoridad está discutida que sea de Goya, supondrá una notable influencia en algunos pintores impresionistas a los que impresiona por los colores brillantes, la importancia de la luz y la pincelada rápida.


A la derecha tenemos El baile del Moulin de la Galette (1876) Renoir que destaca por los contrastes lumínicos y la pincelada suelta.



Campo de amapolas (1873) de Claude Monet.







Ensayo sobre el escenario obra de Degas de 1874 podría conectarse con algunas de las pinturas negras de Goya. En el tipo de luz y sobre todo en el carácter espectral de las bailarinas.



Fuente de las imágenes Wikipedia.

Para saber más:



PINTURAS NEGRAS DE GOYA

Entre los años 1819-1823, Goya realiza un conjunto de pinturas murales con las que decorar la Quinta del Sordo.

La imagen que vemos a la izquierda corresponde a la gran maqueta o "Modelo de Madrid" realizada por León Gil de Palacio que se conserva en el Museo de Historia de Madrid. En ella podemos apreciar la vivienda en la que Francisco de Goya viviría los últimos años antes de exiliarse a Burdeos.

La vivienda constaba de dos plantas y en su interior el pintor aragonés creó las llamadas Pinturas Negras. La imagen de la derecha muestra una recreación de cómo debieron estar dispuestas. En el piso inferior encontramos La romería de San Isidro (dcha.) y El Aquelarre (izda.) Mientras que en los lados cortos de este primer piso aparecen Judith y HolofernesSaturno devorando a su hijoLa LeocadiaDos viejos; las dos últimas a ambos lados de la puerta de acceso.

Por su parte, en el segundo piso en los muros largos encontramos Visión fantástica o Asmodea, y Procesión del Santo Oficio. Mientras en los lados cortos aparecen Atropos o las parcasDuelo a garrotazosDos mujeres y un hombre, y Hombres leyendo.

En la imagen tenemos Perro semihundido, otra de las pinturas que aparecían en el piso superior. Un extraño paisaje era testigo de la aparición de un no menos extraño perro. La pintura se convertiría en un referente para los pintores abstractos.




No menos inquietante resulta Dos viejos comiendo sopa. No está claro si se trata de hombres o de mujeres. De lo que no cabe duda es de la enorme influencia que tiene esta pieza, como el resto de pinturas negras, para la pintura expresionista.


La disposición de las pinturas en su emplazamiento original se conoce gracias a las fotografías realizadas, en 1874, por el fotógrafo J. Laurent por el dueño de la casa, el barón de Erlanguer, que estaba decidido a arrancarlas de su emplazamiento. El restaurador y pintor Martínez Cubells fue el encargado de realizar el proceso.
A la izquierda una foto que muestra a Saturno devorando a su hijo en su emplazamiento original.

Todas las pinturas pueden verse en el Museo del Prado, lugar al que llegaron tras un intento fallido de venderlas en Europa. A la derecha aparece Cabezas en un paisaje, que formaba parte del conjunto pero que en la actualidad se conserva en la colección Stanley Moss de Nueva York.




Goya pintó estas obras en un momento crítico en su vida como reflejo de la sociedad surgida tras la Guerra de la Independencia. Tras pintarlas, acuciado por el miedo a una persecución política deja la quinta en manos de su sobrino y se exilia en Burdeos donde morirá en 1828. Sin embargo, poco imaginaría el autor que sus criaturas fascinarían a las generaciones futuras tal y como lo demuestra el programa de la 2 de RTVE La mitad invisible.

Fuente de las imágenes Wikipedia.

Para saber más: