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miércoles, 19 de enero de 2022

ANÁLISIS CRISTO DE SAN JUAN DE LA CRUZ DE SALVADOR DALÍ

 

En la imagen de la izquierda puedes ver el cuadro "Cristo de San Juan de la Cruz" del que procedemos a realizar un análisis comentario. Es una obra pictórica realizada en óleo sobre lienzo. Pertenece al siglo XX, mediados, más concretamente, a principios de la década de los cincuenta. Se trata de una obra de Salvador Dalí que se puede englobar dentro de una corriente pictórica de temática religiosa que Dalí desarrolla a partir de la década de los cincuenta coincidiendo con su retorno a España.

Comenzamos el análisis situando la obra en el contexto. La pintura está realizada a comienzos de los años 50 estamos hablando, por tanto, del mundo posterior a la Segunda Guerra Mundial. Superado el periodo de posguerra, la sociedad internacional comienza poco a poco a remontar desde el punto de vista económico; si bien vivimos inmersos en una nueva esfera política marcada por la Guerra Fría y el enfrentamiento de dos grandes potencias: Estados Unidos y la URSS. En el caso de España los años 50 son testigo de la Dictadura de Franco si bien se deja atrás los años de la autarquía para encarar una ligera apertura del Régimen al exterior. No obstante, la recuperación económica y social será lenta.


En este marco nos encontramos la obra propuesta para comentar. Un cuadro donde Salvador Dalí parece haber dejado de lado los presupuestos surrealistas, al menos tal y como los entendemos, es decir, el método paranoico crítico y las obsesiones del propio autor conectadas con las teorías del Psicoanálisis de Freud. En este caso Dalí se decanta por la pintura español del Siglo de Oro, conectando con la tradición de Velázquez pues como él ofrece una imagen de Cristo crucificado, si bien, con un planteamiento diferente al maestro sevillano, pues en la interpretación de Dalí no vemos el rostro, la cabeza se inclina hacia el pecho remarcando con la posición de los brazos el dramatismo de la escena. Además si te fijas en la imagen, podrás observar que el letrero de INRI queda reducido a un mero papel en la zona superior de la cruz; y no se observan rastros de sangre ni tan siquiera que Cristo aparezca clavado en la cruz, más bien al contrario, la sensación de querer flotar.

También Dalí conecta con la corriente tenebrista del Barroco inaugurada por los italianos Caravaggio y Artemisia Gentileschi y continuada por autores españoles como Ribera y que en el caso del pintor de Cadaqués observamos en el fondo que envuelve a la figura y en el uso de la luz que resalta el cuerpo de Cristo. Un uso de las luces y las sombras que se va aclarando cada vez más en la zona inferior de la composición donde emerge un paisaje marítimo característico en la producción pictórica de nuestro autor.


A nivel técnico llama la atención la construcción del espacio acentuado por la línea vertical de la cruz que parece tornarse en diagonal uniendo la zona superior e inferior del lienzo. El tratamiento anatómico es otro elemento a tener presente acentuado por el efecto de la luz sobre el cuerpo en un escorzo muy marcado; así como la textura de la tonalidad conseguida en las nubes del cielo marcando el horizonte donde la luminosidad se vuelve más clara. En este sentido da la impresión que la imagen del Cristo se fuera a proyectar fuera del lienzo sobre el espectador como si de una imagen en 3D se tratatase. Además, debe indicarse la conexión que tiene el pintor con el propio San Juan de la Cruz y, en concreto, con el dibujo de Cristo crucificado que el místico realizó justo después de experimentar un éxtasis durante su oración. En palabras del propio Dalí también él quiere experimentar y mostrarnos su propio éxtasis intentando reflejar una visión de Cristo Dios.

Cerramos el análisis retomando el contexto. Podemos indicar que esta obra que hemos analizado de Salvador Dalí supone un punto de inflexión en su trayectoria artística y personal. Tras pasar una larga temporada en Estados Unidos, Dalí decide regresar a España, el país duro y gris del Régimen franquista. Supone una decisión insólita en una figura de los rasgos del Salvador Dalí habida cuenta que otros compañeros de profesión como Pablo Picasso y Luis Buñuel no regresan jamás a nuestro país. En el caso de Dalí se debe a una relación cómplice que beneficia por igual a autoridades y artista y que conecta con la campaña orquestada por el Régimen de modernizar el país al contar con una figura tan rompedora como Salvador Dalí. La obra además conecta, como hemos indicado al principio, con otro tipo de cuadros como La Madonna de Port Lligat, Cristo hipercúbicus, o La Santa Cena, que conforman un grupo de pinturas religiosas donde la temática es, en realidad, una excusa para dar rienda suelta a la construcción espacial influenciada por la división del átomo que fascina al pintor español por esa época.


Para saber más:

DALÍ, S. (2009) Diario de un genio. Tusquets



Enlaces de las imágenes utilizadas en la presente entrada: 


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