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martes, 9 de febrero de 2021

GRUPO FAMILIAR HENRY MOORE

 

En la imagen de la izquierda puedes ver la pieza "Grupo familiar" un conjunto escultórico realizado en bronce mediante la técnica aditiva. Se trata de una escultura realizada a mediados del siglo XX, 1949, europea perteneciente a la producción artística de Henry Moore.

La pieza se realiza en un contexto convulso. La Segunda Guerra Mundial se desarrolla entre los años 1939-1945 sumiendo a Europa en una profunda crisis política, social y económica. Tras el fin de la contienda comienza un nuevo periodo en el que el mundo está condicionado por la presencia de dos grandes potencias. De un lado Estados Unidos que se erige como gran potencia en Occidente al salir fortalecida del conflicto desde un punto de vista económico. Del otro la Unión Soviética que lidera la zona Oriental y que se convierte en una gran potencia territorial debido a la gran cantidad de países que acoge bajo su manto. Estamos hablando de la Guerra Fría, periodo que se desarrollará hasta 1989 con la caída del muro de Berlín, y que supone convertir al mundo en un nuevo tablero de ajedrez condicionado por las reglas marcadas por las potencias dominantes.

En el plano económico y social, se inicia un lento periodo de recuperación cuyos primeros frutos comenzarán a verse a finales de la década de los 50 y principios de los 60 momento en que la sociedad y economía de posguerra dejará paso a los inicios de la sociedad y economía de consumo cuyos ecos, como la política, todavía resuenan en nuestros días.

Volviendo a la imagen que estamos analizando, observamos la presencia de tres figuras que representan una unidad familiar compuesta por una madre, un niño y un padre. Los adultos, las dos figuras de mayor envergadura, aparecen sentadas en un banco mientras que el niño se representa como un vínculo de unión familiar; no obstante al observar con detenimiento el conjunto podemos pensar que quizá el niño parezca huir de la figura paterna buscando refugio en los brazos de la madre. Esta idea conecta con la experiencia que Henry Moore ha vivido durante la Segunda Guerra Mundial acerca de la fortaleza de las mujeres y el hecho de que las convierta en pieza esencial de su producción.

En cuanto al tratamiento de las figuras destaca el interés de las formas suaves y onduladas con clara inspiración por las formas de la naturaleza. Se observa una conexión con lo orgánico que se observa en toda la producción escultórica de Moore convirtiéndole en un autor que sabe moverse a medio camino entre la abstracción y la figuración.

Destaca así mismo el tratamiento de los volúmenes lo que nos permite conectar esta pieza con las esculturas primitivas. Otra conexión que podemos hacer es con el Renacimiento italiano en este caso por el tema representado pues nos recuerda a las representaciones de las Sagradas Familias. Otra idea interesante que podemos apuntar reside en el tratamiento de la figura femenina de gran envergadura corporal conectada con la protección frente al hombre que simboliza con su lenguaje corporal lo racional y la agresividad: femenino frente a masculino.

En cuanto a las texturas podemos conectarlo con Rodin y la estética del Modernismo debido a la presencia de formas curvilíneas en una composición equilibrada marcada por la presencia de la pirámide que encierra a los protagonistas del conjunto.

Para terminar nuestro análisis incluimos algunas pinceladas sobre el autor. La obra que hemos analizado pertenece al escultor Henry Moore, autor británico que comienza en el campo de la escultura a partir de la década de los 20 estando en activo hasta los años ochenta en que fallece. La obra de Moore gira en torno a la figura humana y en concreto la figura de la mujer de las que destacamos tanto sus figuras reclinadas como sus maternidades. Unas obras donde trabaja con todo tipo de materiales y que toma como fuente de inspiración la naturaleza otorgando importancia a las formas y texturas conseguidas. La escultura de Moore se nutren del pasado, de la importancia concedida a las esculturas primitivas pero también a los movimientos de vanguardia surgidos en la primera mitad del siglo XX. Moore es en definitiva un claro representante de la llamada escultura organicista donde se alterna el estudio del volumen y el vacío otorgando importancia a las formas orgánicas que nos recuerdan a la representación del cuerpo humano.


Para saber más:

CIRLOT VALENZUELA, L. (1994) Historia del arte. Últimas tendencias. Planeta. Barcelona.

GOMPERTZ W. (2013) ¿Qué estás mirando? 150 años de arte moderno en un abrir y cerrar de ojos. Taurus.


Enlaces de la imagen utilizada en la presente entrada:

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