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viernes, 27 de marzo de 2020

MIGUEL ÁNGEL ESCULTURA II

En esta entrada nos centramos en una de las obras escultóricas más relevantes del llamado periodo de madurez en la trayectoria escultórica de Miguel Ángel.

A la izquierda puedes ver una imagen del proyecto del sepulcro de Julio II. El proyecto fue un encargo personal del sumo pontífice el mismo que encarga a Buonarroti la decoración del techo de la Capilla Sixtina.

Miguel Ángel comienza a trabajar en el proyecto en el año 1505. Ten en cuenta que no se dedica en exclusiva al diseño de la tumba sino que debe simultanearlo con otras obras, entre otras, el proyecto pictórico de la Sixtina. 

A la derecha puedes ver una imagen general del conjunto "La tumba de Julio II" tal y como se conserva en la actualidad.

Concebido como una especie de retablo, dividido en dos cuerpos. En el superior encontramos la tumba propiamente dicha con la efigie del propio Julio II reclinado sobre la cubierta. En el cuerpo inferior, destaca en su calle central, la figura del Moisés.

A continuación vamos a centrarnos en el Moisés y las figuras de los esclavos que junto con el personaje del Antiguo Testamento, en principio, formaban parte del mismo conjunto funerario.


A la izquierda puedes ver al "Moisés" escultura en la que Miguel Ángel trabaja en 1515 y para el que utiliza mármol de Carrara.

Nuevamente Miguel Ángel toma un personaje de la Biblia como protagonista. En este caso aparece representado justo después de haber estado en contacto con Dios. Así lo atestiguan los cuernos de sabiduría que lleva en la cabeza y las tablas de la ley, los diez mandamientos, que porta bajo el brazo. Del mismo modo que sucede con su interpretación del David, también aquí Buonarroti pretende ir más allá de lo que se ve a simple vista. Fíjate en la frondosa barba y en el rostro severo del personaje. También en su portentosa anatomía reflejada en los poderosos brazos. Todos esos elementos nos están diciendo que, en realidad, la fuente de inspiración tomada aquí es la mitología griega. El Moisés que nos propone el escultor italiano es casi la representación de un Zeus olímpico más que de una imagen religiosa al uso. Nuevamente apreciamos la huella de la corriente humanista en el arte del periodo.

Otra de las claves a tener en cuenta de esta obra reside en el hecho de que el personaje aparece sentado. Si te das cuenta se rompe el punto de vista frontal. Moisés no mira de frente sino que gira la cabeza mirando hacia su izquierda. Con esta disposición Miguel Ángel quiere incidir en el hecho de que su personaje está contemplando la adoración del becerro de oro por parte del pueblo elegido y de la que es testigo Moisés tras bajar del monte sagrado portando las tablas de la ley.


Ten en cuenta que la figura no está representada en actitud relajada, al contrario, todo su cuerpo está en tensión. Este rasgo se observa en cómo los dedos se enredan nerviosamente en los mechones de su barba, también en el estudio de los músculos de los brazos, y en la disposición de las extremidades inferiores.

Si te fijas, las piernas no aparecen juntas sino separadas. Si observas con atención te darás cuenta cómo sobre la pierna derecha parece recaer el peso del cuerpo, mientras que la pierna izquierda aparece desplazada hacia un lateral. Si lo has pillado, efectivamente podemos hablar de una especie de contraposto, ya observado en el David, con la diferencia de que aquí el personaje aparece sentado.

Fíjate, además, en la poderosa rodilla que aparece descubierta y que pone de relieve el portento anatómico que despliega el escultor en toda la figura. 

Por último, fíjate en el detalle que puedes apreciar en la imagen de la izquierda. Si antes hemos hablado de toda la tensión muscular, anatómica y gestual, en este caso podemos hablar de la tensión psicológica que guarda el personaje.

Igual que en el David, el Moisés comunica mucho a través de la mirada. Podemos hablar de la terribilitá que en este caso no es solo física, también se traduce en la actitud del propio personaje y transmitir al espectador la sensación de que no está frente a una escultura más.


A la derecha puedes ver el "Esclavo moribundo" la pieza es contemporánea al Moisés y aunque actualmente se conserva en el Museo del Louvre, en origen, debía formar parte del mismo monumento funerario. Esta obra escultórica al igual que el Moisés se encuentran bajo la misma influencia, el conjunto escultórico del Laocoonte. El descubrimiento de la obra maestra de la antigua Grecia, supuso un punto de inflexión en la producción de Buonarroti. En la imagen que nos ocupa observamos el cuerpo semidesnudo de un joven en el que llama la atención el estudio anatómico del mismo.

En "El esclavo rebelde", que puedes ver a la izquierda y que al igual que el anterior también se conserva en el Louvre, Miguel Ángel va un paso más allá utilizando el escorzo para representar la lucha del esclavo que reclama su libertad. Pero el escorzo le sirve al escultor italiano para resaltar todavía más si cabe el estudio anatómico del cuerpo desnudo acercándose, al mismo tiempo, al dramatismo observado en el conjunto escultórico del Laocoonte.

Otra de las claves de esta imagen reside en la presencia del contraposto que puedes  apreciar en la figura y en la importancia otorgada al ritmo compositivo que viene subrayado por la profunda curva que crea la casi imposible colocación del cuerpo.













Por último os dejo el enlace de un documental sobre Miguel Ángel que merece la pena echar un vistazo.




Bibliografía:

V. V. A. A. (1994) Historia universal del arte. Renacimiento I. Planeta.
V. V. A. A. (1994) Historia universal del arte. Renacimiento II /Manierismo.  Planeta.
V. V. A. A. (2000) Miguel Ángel. El desafío del hombre a la materia. Electa.
COPPLESTONE, T. (2007) Miguel Ángel. Lesma ediciones.
GARCÍA PONCE DE LEÓN, P. (2006) Miguel Ángel. Pintor, arquitecto y escultor universal. Libsa

Referencia de las imágenes utilizadas en esta entrada:



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