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miércoles, 29 de abril de 2020

ARQUITECTURA DEL BARROCO I

La primera parada en esta entrada es la imagen que puedes ver a la izquierda. Se trata del proyecto de la Plaza de San Pedro del Vaticano que lleva a cabo Bernini entre los años 1656-1657.

En esta vista puedes observar la organización del conjunto. Bernini parte de la fachada de la Basilica de San Pedro para organizar una estructura en torno a dos grandes brazos que, como puedes apreciar parten rectos desde la fachada, para abrirse en un amplio arco. El objetivo es unir la basílica con la ciudad y al mismo tiempo la forma semicircular intenta adoptar la imagen de una gran abrazo que se da a los peregrinos que han llegado, desde diferentes puntos, a la plaza vaticana.

En esta imagen, puedes ver un detalle de uno de los brazos que recorren lateralmente la plaza. Observa que Bernini ha utilizado una columnata de orden clásico que sostienen un entablamento. La columnata, además, permite crear unos soportales donde los ciudadanos y visitantes pueden rodear lateralmente la plaza.

La plaza, como puedes ver en la imagen colocada en la zona superior izquierda de esta entrada, adopta en planta una forma oval; el punto central está marcado por el obelisco, y permite una clara distribución y ordenación de los fieles que asisten a los diversos actos que tengan lugar en la plaza.

Tan sólo unos años antes de ocuparse del trazado urbano de la plaza del Vaticano, Bernini realiza el "Baldaquino de San Pedro", el cual puedes ver en la imagen de la izquierda.

Se trata de una estructura arquitectónica realizada en bronce, con el empleo de cuatro columnas salomónicas. Recibe este nombre un tipo de columnas utilizadas en el Barroco, de gran altura y cuyo fuste aparece recorrido por una gran curva de arriba hacia abajo.

El baldaquino está colocado justo bajo la gran cúpula con la que se cubre la basílica, y la función que tiene es la de cubrir el altar en el cual el Papa de Roma oficia los diferentes ritos dentro de la iglesia.


En la imagen de la derecha puedes ver el exterior de la iglesia de San Carlos de las cuatro fuentes obra de Borromini.

El edificio se ubica en una calle estrecha, cuenta con una planta oval y en la fachada, se observa la distribución en dos cuerpos. Fíjate en el inferior que aparece dividido en tres calles recorridas por columnas gigantes de orden clásico. En las calles laterales observamos la presencia de un óculo en la zona inferior y una hornacina con una escultura en el zona superior; mientras que la calle central, observamos la puerta de acceso en la zona inferior y una hornacina con escultura en la zona superior.

El cuerpo inferior de la fachada se remata con un entablamento formado por arquitrabe, friso y cornisa, observa en el friso la presencia de una inscripción.

El cuerpo superior de la fachada también aparece recorrido por columnas de orden clásico que recorren el espacio marcando tres calles. Las laterales se organizan con hornacinas ciegas en la zona inferior y un motivo ornamental en la superior. La calle central se organiza con un vano o ventana en la zona inferior, mientras que en la zona superior de la calle central observamos dos ángeles que se elevan hacia arriba sosteniendo un tondo.

El cuerpo superior de la fachada también aparece rematada por un entablamento, si bien observa con atención como los ángeles que suben hacia arriba, en la zona central, lo que hacen es romper la continuidad de dicho entablamento.

En este detalle de la fachada que te propongo en la imagen de la izquierda, es importante que te fijes en otro de los elementos importantes de este edificio, la sensación de movimiento. Observa que tanto en el cuerpo inferior como en el superior, Borromini juega con la alternancia de lo cóncavo y lo convexo. Me explico, si observamos la fachada en ambos cuerpos de izquierda a derecha apreciamos: cóncavo la fachada se mete hacia dentro en el lateral izquierdo; convexo la fachada sale hacia afuera en la zona central; y cóncavo la fachada se mete hacia dentro en el lateral derecho.

Fíjate bien que este movimiento se observa en los entablamentos. Con esto se consigue imprimir de ritmo compositivo y movimiento a la fachada rasgo muy propio de la arquitectura del Barroco. Por otra parte, el hecho de que los ángeles que portan el tondo en la parte superior invadan el remate de la fachada, es otro de los rasgos de esta nueva arquitectura que no sigue los dictados de orden, equilibrio y proporción que hemos estudiado en la arquitectura del Renacimiento.

Al margen de los autores mencionados, indicar que Italia en el Barroco destaca por la importancia otorgada al urbanismo. Un claro ejemplo es la Plaza de España de Roma que se construye en el siglo XVII y que constituye una gran solución para salvar el desnivel existente.

Para ello se construye una amplia escalinata donde se aprecia la presencia de una gran curva que desciende o asciende, dependiendo se si se sube o baja, unificando así dos zonas importantes de la ciudad que se encontraban separadas por un gran desnivel de terreno.

Y dentro del siglo XVIII podemos mencionar la Fontana de Trevi en Roma, donde la fuente está vinculada a un edificio de manera que su portada constituye un excelente telón de fondo para poner de manifiesto el triunfo y gloria de Neptuno.

La fuente, además, adopta una de las máximas de la arquitectura del Barroco que seguirá vigente en el Rococó, otorgar importancia a la teatralidad en la puesta en escena.




Bibliografía:

V. V. A. A. (1994) Historia Universal del Arte. Barroco y Rococó. Planeta.

-Video sobre arquitectura Barroca:



Referencia de las imágenes utilizados en esta entrada:

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