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lunes, 20 de abril de 2020

ARQUITECTURA: EDIFICIO COMO FUNCIÓN AL EDIFICIO COMO ESPECTÁCULO I

LA HERENCIA FUNCIONALISTA EN LA ARQUITECTURA DE LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XX.

Recuerda que la arquitectura funcionalista, es un movimiento que se observa en la arquitectura internacional a partir de la década de los 30 del siglo XX, y que eclosiona con gran fuerza tras la Segunda Guerra Mundial. Algunos representantes de este movimiento son Mies Van de Rohe con el Pabellón alemán en la expo de Barcelona de 1927 o los edificios construidos en Estados Unidos como los Apartamentos Lake Shore de Chicago y el Edificio Seagram de Nueva York. Otro representante es Le Corbusier del que podemos recordar aportaciones como Unidad de habitación el original en Marsella y "copias" en otros lugares como en Berlín; o la Capilla de Notre Dame du Haut como aportación a la arquitectura religiosa.

Ambos autores, junto a otros nombres vinculados también a esta corriente como Frank Lloyd Wright, buscaban ante todo la función del edificio por encima de los aspectos estéticos y ornamentales donde primaba, ante todo, la austeridad. Pues la huella de la arquitectura funcionalista se observa durante las décadas de los 60-70 y 80, en determinados arquitectos que beben de aquellos maestros.

A la izquierda puedes ver el exterior del Sanatorio de tuberculosos de Paimio obra del arquitecto filandés Alvar Aalto.

Se trata de un edificio construido con el empleo de materiales diversos como el hormigón, el vidrio, hierro y madera. Busca sobre todo la funcionalidad, es decir, que el edificio sea útil para albergar a los enfermos. Observa que en el exterior impera el predominio de líneas verticales y horizontales originando una estructura en retícula que, junto a la combinación de materiales y el color, constituyen los únicos elementos ornamentales y rítmicos de la fachada.

Pero Aalto no se limitó sólo a cuidar la estructura arquitectónica del edificio, que fue construido en los años 30; también a cuidar los elementos internos, entre ellos, el mobiliario. En la imagen de la derecha puedes ver una de las tumbonas que el autor se encargó de diseñar para el sanatorio, donde se observa el predominio de formas curvas buscando la funcionalidad, es decir, que sea un mueble útil y cómodo para estar sentado en él.

Otros edificios de Aalto donde se observa esa influencia de lo funcional son: MIT Baker House Dormitory que diseña en 1947 en Estados Unidos con función de edificio universitario, el Auditorio de la Universidad Politécnica de Helsinki o la Biblioteca Rovaniemen construida a mediados de los 60.


A la izquierda puedes ver el exterior de la Ópera House de Sidney, obra del arquitecto Jörn Utzon. Un edificio que utiliza el hormigón armado, el vidrio, cerámica y acero.

Es un edificio que busca la funcionalidad pero también llamar la atención con su aspecto externo. En el exterior se observa la presencia de grandes estructuras que, a veces, tienen forma de velas o tiendas de campaña.

Su aspecto externo puede conectar, además, con la estética de otros arquitectos anteriores como Wright del que podemos mencionar el diseño que realizó para el Museo Guggenheim de Nueva York. E incluso la aportación de Utzon inspirará a arquitectos posteriores como Frank Gehry.

En la imagen de la izquierda puedes ver un detalle de los sistemas de cubierta utilizados en la ópera de Sidney. Esta cubierta recibe el nombre de cáscaras y están realizadas con paneles prefabricados de hormigón apoyadas sobre costillas prefabricadas del mismo material. Además de cubrir el edificio, estas estructuras han contribuido a convertir a este edificio en uno de los más emblemáticos del mundo.

En la imagen de la izquierda puedes una vista del Concert Hall uno de los cinco teatros que alberga el complejo. Los otros son: el Ópera Theatre, Drama Theatre, Sala de Música y Studio Theatre; a los que deben añadirse otras salas menores destinadas a diversas actividades como grabación o exposiciones.


A la derecha puedes ver el exterior del Museo de Arte Romano de Mérida. El edificio es obra de Rafael Moneo quien presentó su proyecto en 1979 siendo finalmente inaugurado en 1986.

Lo más interesante es el empleo del ladrillo como material constructivo presente tanto en su fachada como en la estructura interna del edificio. Este material supone una clara conexión con la cultura de la colección que alberga en su interior, es decir, con el mundo romano.

A la izquierda puedes ver una imagen de la sala central del museo. Observa cómo la estructura se organiza a través de amplios arcos que se apoyan sobre pilares, y la presencia de una cubierta cenital que permite aprovechar la iluminación natural al interior. El material es el ladrillo, y la sensación que se obtiene es de una gran ligereza en la estructura, al tiempo que se aprecia la perfecta conexión entre la estructura arquitectónica y su contenido.

El edificio supuso para Moneo su reconocimiento a nivel nacional pero también internacional. No será la única intervención que Moneo realice en un museo estatal, a él también se debe la ampliación del Museo del Prado de Madrid.







Bibliografía.

GÖSSEL, P. y LEUTHÄUSER, G. (2005) Arquitectura del siglo XX. 2 vols. Taschen.


Referencia de las imágenes utilizadas en esta entrada:



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