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jueves, 2 de abril de 2020

IBARROLA

En la imagen de la izquierda puedes ver una de las obras del escultor Agustín Ibarrola.

Se trata del Bosque de Oma una intervención que el artista realiza entre los años 1982-1985.

La obra de este autor más que caracterizarla como escultoras, lo correcto es referirnos a ella como intervenciones en un espacio natural. La intervención que puedes ver en la imagen fue realizado próximo a la localidad de Guernica. El objetivo del autor es unificar la naturaleza y lo humano. Esto se consigue interviniendo sobre los árboles para convertirlos en una especie de totems. De este modo, Ibarrola nos invita a viajar al pasado, de manera que su intervención puede conectarse con la esencia del arte primitivo y de los ritos ancestrales.

Otra de las conexiones que pueden hacerse es con la corriente Land-Art que aparece en la esfera internacional en la década de los setenta. Una corriente donde los artistas intervienen sobre espacios naturales, al tiempo que conectan con una oleada ecologista y de conexión con la tierra que se pone en marcha, más o menos, por la misma época.


En Asturias podemos contemplar otra de las obras de Ibarrola. Se trata de los "cubos de la memoria", que puedes ver a la derecha, una intervención que el autor realiza en la playa de Llanes.

En este caso el material que ha utilizado es el hormigón con los que confeccionar cubos de diferentes tamaños que posteriormente ha policromado con motivos diversos.

En esta intervención, Ibarrola enlaza con la corriente Pop observada en los llamativos colores utilizados para ornamentar sus cubos.

La función que tienen estos cubos es la de proteger el puerto de la villa de Llanes, al tiempo que esconden un valor simbólico pues simbolizan la memoria del artista, la memoria del arte y la memoria del territorio en el que se encuentran. Llama la atención, además, la perfecta combinación de formas y colores con los que transmitir cierta armonía desde el punto de vista compositivo.




La última obra en la que vamos a centrarnos de este autor es Bosque de Totems que realizó en el año 1996 para la Estación de Atocha de Madrid.

En este caso Ibarrola utiliza como materiales hormigón y travesaños de las vías del tren. El hormigón sirve como base sobre la que colocar los travesaños en posición vertical.

Observa, además, que los travesaños aparecen decorados con brillantes colores, de manera que se vuelve a incidir en el concepto de totem, solo que esta vez en lugar de encontrarnos en la naturaleza, estamos contemplando un bosque de totems en pleno corazón de la ciudad de Madrid.


Bibliografía:

V. V. A. A. (2009) Arte desde 1900. Akal. Madrid.
GOMPERTZ, W. (2013) ¿Qué estás mirando? 150 años de arte moderno en un abrir y cerrar de ojos. Taurus. Madrid.
GUASH, A. Mª., (2000) El arte último del siglo XX. DEl posminimalismo a lo multicultural. Alianza Forma. Madrid.


Referencias de las imágenes utilizadas en esta entrada:



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