La obra cumbre de Rafael Sanzio son las llamadas "Estancias vaticanas" también conocidas como "Estancias de Rafael" en las que el artista está trabajando, con ayuda de sus discípulos, entre los años 1508-1524. La llegada de Rafael a Roma se produce por mandato de Bramante, arquitecto oficial de Julio II, quien se muestra interesado en que el joven genio forme parte del ambicioso proyecto que el pontífice tiene entre manos. Dicho proyecto tiene otras dos áreas relevantes, la construcción de la Basílica de San Pedro y la decoración del techo de la Capilla Sixtina. Precisamente el periodo en el que Rafael se encuentra ocupado en las estancias, Miguel Ángel Buonarotti está haciendo lo propio con la Capilla Sixtina.
Nos vamos a centrar en "La Escuela de Atenas" una de las composiciones más interesantes de la decoración que Rafael ejecutó en las estancias. En primer lugar nos vamos a parar en la construcción espacial. Rafael traza una línea de horizonte que coincide con las cabezas del grupo de personajes que aparece en lo alto de la escalinata. En ese grupo encontramos dos personajes relevantes, situados en el centro de la composición, Platón y Aristóteles, donde se sitúa el punto de fuga que se subraya por el arco de triunfo colocado tras ellos. En torno a los mencionados filósofos vemos que confluyen absolutamente todas las líneas compositivas que recorren la escena. No obstante, la referencia espacial viene acentuada también por la estructura arquitectónica de reminiscencias clásicas y la colocación de los personajes. En este caso podemos apreciar un primer plano, más cerca del espectador, donde los personajes aparecen en dos grupos a izquierda y derecha. Y un segundo plano en el grupo de personajes, ya mencionado, que está colocado en las escaleras. A medio camino entre los dos grupos observamos un personaje sentado y otro que aparece de espaldas al espectador subiendo las escaleras.
Al margen de la maestría que Rafael despliega tanto a nivel compositivo, como en el uso del color y la luz, la "Escuela de Atenas" destaca por encerrar varios retratos escondidos, algo así a los equivalentes easter-eggs o huevos de pascua que podemos ver en las series y películas actuales. Arriba a la izquierda puedes ver a Platón que aparece con los rasgos de Leonardo da Vinci.
A la derecha puedes ver el retrato de Miguel Ángel que aparece representado como Heráclito. Si te fijas en la imagen general este personaje se encuentra en el primer plano, sentado con aire meditabundo, rasgo este que se correspondería con la forma de ser el propio Miguel Ángel.
Sobre estas líneas puedes ver el autorretrato del propio Rafael. De los personajes que aparecen representados es el único que mira directamente al espectador. En la visión general de la obra puedes localizarlo entre los personajes que aparecen, en primer plano, situados en el margen derecho de la composición. Si te das cuenta la intención del pintor es pasar desapercibido, apenas dejarse notar, para dar el protagonismo a otros personajes más relevantes.
La persona que llama a Rafael a Roma, Bramante, aparece retratado en este grupo de personajes. Se trata de la figura que se agacha para dibujar con un compás sobre una especie de tablilla. Bramante está personificando a Euclides.
Por último, tenemos que mencionar a Hipatia la notable astrónoma de la Antigüedad a la que también Rafael quiere rendir homenaje y que aparece situada en un lugar destacado de la composición.
Bibliografía:
V. V. A. A. (1994) Historia
Universal del Arte. Renacimiento (I). Planeta.
V. V. A. A.
(1994) Historia Universal del Arte.
Renacimiento (II) y Manierismo. Planeta.
Referencia de las imágenes utilizadas en esta entrada: Wikipedia.
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