Giorgio de Chirico es el padre de la pintura metafísica, corriente anterior al Surrealismo que ejercerá una gran influencia en los representantes de dicha vanguardia. En sus cuadros Chirico convierte a los objetos y espacios cotidianos en protagonistas yendo más allá, es decir, apuntando a lo que hay más allá de la apariencia de esos objetos y lugares cotidianos. El objetivo de la presente entrada es repasar algunas de sus claves.
El término metafísico significa más allá de los físico, de lo tangible, y eso es lo que el autor intenta conseguir con esta obra al recrear la Plaza de Santa Croce de Florencia. Llama la atención la única referencia al ser humano observada en la pareja que aparece acompañando a una escultura clásica. Si bien la fría luz que los acompaña nos produce cierto efecto de desasosiego, de que lo que estamos viendo no es real. Y ciertamente no lo es porque se basa en el recuerdo que tiene el pintor o más bien la impresión que le causó contemplar la plaza por primera vez bajo la luz de otoño. Ese recuerdo o impresión que Chirico tiene guardado en su memoria lo hace visible y lo comparte a través de este óleo sobre lienzo.
En la imagen de la derecha puedes ver "Canción de amor" que Chirico pinta en 1915. De nuevo un espacio urbano (constante en la obra de este autor) que sirve de escenario para la mezcla de diversos elementos. De entrada una cabeza clásica que supone una clara conexión tanto a la antigüedad como a las Bellas Artes; dicha cabeza aparece junto a un guante de látex sujetado con un clavo a la pared y que pone de relieve la conexión con el mundo moderno. La referencia al progreso también se observa en el tren que vemos parcialmente al fondo de la composición. El tren forma parte también de los recuerdos del autor en clara alusión a la profesión de su progenitor que era ferroviario.
En primer término encontramos una pelota verde. A ello se añade el juego de luces y sombras, la luz que predomina muy luminosa que junto al uso de las sombras aportan ese componente inquietante que acompaña a sus espacios urbanos. Sobre el significado del cuadro, juego entre lo real y lo soñado que tiene su importancia si nos atenemos a la fecha de realización del cuadro, 1915, coincidiendo con el comienzo de la Gran Guerra que arrebataría al mundo su inocencia.
Todavía durante la Primera Guerra Mundial, Giorgio de Chirico realiza el óleo sobre lienzo que puedes ver a tu izquierda, "Héctor y Andrómaca" (1917) En este caso el autor vuelve su mirada al pasado y, en concreto, a los personajes de la Guerra de Troya. Héctor el príncipe troyano que va a morir a manos de Aquiles y Andrómaca su esposa que se resigna a dejar marchar a su amante aún a sabiendas que se encamina hacia una muerte segura. En la versión de Chirico ambos personajes han sido deshumanizados convertidos en sendos maniquíes (otro elemento recurrente en la obra de este autor) muestran un lenguaje corporal que refleja la resistencia de la mujer ante la marcha de su esposo. Todo ello en una puesta en escena teatral con la presencia de una gama cromática donde se apuesta por los tonos fuertes, observa la importancia otorgada al rojo que revela el trágico final de Héctor; destino que se subraya con los tonos que aparecen al fondo.Por otra parte, aún teniendo esa conexión con los héroes trágicos de la Antigüedad, la obra de Chirico conecta con el contexto de la época al hacerse eco de los héroes y heroínas trágicos que trae consigo la Primera Guerra Mundial.
Por último os dejo un par de vídeos sobre este autor:
Para saber más:
GOMPERTZ, W. (2013) ¿Qué estás mirando? 150 años de arte moderno en un abrir y cerrar de ojos Taurus.
HOLZHEY, M. De Chirico. Taschen
Referencia de los enlaces de las imágenes utilizadas en la presente entrada:
https://historia-arte.com/obras/la-cancion-de-amor
https://historia-arte.com/obras/hector-y-andromaca
https://www.pinterest.es/pin/680465824922193046/
No hay comentarios:
Publicar un comentario