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miércoles, 1 de abril de 2020

MIGUEL ÁNGEL CAPILLA SIXTINA II

La actividad pictórica de Miguel Ángel en la Capilla Sixtina no se limita tan sólo a la decoración del techo. Entre los años 1537-1541 vuelve otra vez a la Sixtina esta vez para ocuparse de la decoración del testero.

Sin embargo, el Miguel Ángel que regresa a dicha capilla tiene poco que ver con el joven que acometió tan magna empresa a principios del siglo XV. Buonarroti es un artista que se encuentra en plena madurez y ahora es él el encargado de imponer las condiciones de trabajo.

Para acometer el "Jucio Final" que es el conjunto que ves a la izquierda, Miguel Ángel vuelve a pintar en solitario esta vez encerrándose en el interior de la capilla vetando el acceso a la curia eclesiástica hasta que las obras no hubieran finalizado.

De nuevo nos encontramos ante un tema de carácter religioso que no es nuevo pues el tema del Juicio Final ha sido muy utilizado durante el periodo medieval como programa iconográfico de las portadas de las principales iglesias realizadas durante el Románico y el Gótico.

De este modo, según puedes ver en esta imagen general, Miguel Ángel divide la escena en dos partes. La zona superior donde observamos una corte celestial en torno a la figura de Jesús que ocupa el centro de la composición; y una zona inferior, la tierra, donde observamos la resurrección de la humanidad. En esta zona podemos ver, a nuestra izquierda tal y como estamos contemplando la obra, la selección de los justos que son ascendidos al cielo; mientras que, a nuestra derecha tal y como estamos viendo la pintura, observamos las almas de los condenados que están siendo subidas a una barca para ser conducidas al infierno. En la zona central podemos apreciar un pequeño grupo de ángeles que portan trompetas, anunciando el Juicio Final, y que actúan como intermediarios entre la tierra y el cielo.

A la derecha puedes apreciar un detalle de la figura de Cristo. La figura de Cristo está representado aparece de pie con gesto enérgico. Da la impresión de encontrarnos nuevamente ante la representación de un Cristo Juez Supremo que ya hemos estudiado en el Románico. Observa además la figura de la Virgen que parece empequeñecida ante el gesto autoritario de su hijo.

Volviendo a la figura de Cristo, observa el minucioso estudio anatómico. Se pone de relieve la importancia de la figura del hombre, el Humanismo. Ten en cuenta que, en principio, Miguel Ángel pintó esta figura completamente desnuda. Si bien observarás que lleva un paño de pureza para cubrir sus partes. Esto se añadió ante las protestas de la comunidad eclesiástica que rechazaron de pleno no solo la representación del cuerpo desnudo de Jesús, sino también del resto de los santos que forman parte de la corte celestial. La razón es clara, cuando Miguel Ángel termina esta obra la iglesia está inmersa en el Concilio de Trento, una de cuyas consecuencias más inmediatas será poner en marcha la Contrarreforma para combatir la Reforma impuesta por Lutero. Lo que provocará un cambio en el gusto afectando en gran medida a las obras de arte realizadas a partir de la segunda mitad del siglo XVI.

En la imagen de la izquierda puedes ver uno de los santos que conforman la corte celestial . Se trata de San Bartolomé que se encuentra situado a los pies de la imagen de Cristo. Fíjate que el personaje está sosteniendo un pellejo humano. Esa forma es, en realidad, el autorretrato del propio Miguel Ángel. El autor aparece así en un segundo plano y también como forma de protesta ante las autoridades eclesiásticas que no veían con buenos ojos este proyecto pictórico. Es una forma de demostrar que está de vuelta de todo y que sus inquietudes artísticas se anteponen a las imposiciones de las autoridades.



En esta otra imagen puedes ver otro detalle de esta obra. En este caso el ascenso de las almas que han sido elegidas para la ser conducidas a la Gloria.

Observa cómo se usa el claroscuro en las figuras que comienzan a ascender en claro contraste con los personajes que ya han alcanzado la cima. Fíjate con atención en el empleo de escorzos y la variedad de posturas con los que conseguir un gran dinamismo compositivo.

En este otro detalle puedes apreciar el descenso a los infiernos de uno de los condenados. Fíjate en la desolación de su rostro. También en la representación de los demonios como seres grotescos. No en vano esta obra ha sido considerada, por buena parte de los expertos, como un claro precedente de la corriente expresionista movimiento artístico que verá la luz en los primeros compases del siglo XX.

Otra muestra significativa del interés del autor por lo grotesco lo encuentras en el detalle que aparece bajo estas líneas donde encontramos a un grupo de demonios a las puertas mismas del propio infierno. Por cierto que uno de ellos lleva los rasgos de un personaje real, se trata del sacerdote Biaggio de Cessana y le puedes reconocer pues es el personaje de poderosa anatomía que está representado con orejas de burro. Buena prueba que el bueno de Miguel Ángel sabia como tratar con las altas esferas.


Por último indicar, que una de las fuentes que Buonarroti tomó como referencia para crear su interpretación personal del Juicio Final, fue la Divina Comedia de Dante. Buena prueba de ello es la barca que conduce a las almas condenadas al infierno y que aparece conducida por un demonio que hace las veces de improvisado Caronte.

Por último, os dejo un enlace con un documental sobre la trayectoria pictórica de Miguel Ángel

GENIOS DE LA PINTURA MIGUEL ÁNGEL


Bibliografía:

V. V. A. A. (2000) Miguel Ángel. El desafío del hombre a la materia. Electa.
COPPLESTONE, T. (2007) Miguel Ángel. Lesma ediciones.

GARCÍA PONCE DE LEÓN, P. (2006) Miguel Ángel. Pintor, arquitecto y escultor universal. Libsa.



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