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miércoles, 27 de mayo de 2020

EL BESO

La imagen propuesta para comentar corresponde a una obra escultórica, de bulto redondo o exenta, realizada mediante la técnica sustractiva. Se trata de un conjunto escultórico realizado en el siglo XIX, en torno a la segunda mitad, perteneciente al escultor Auguste Rodin y que lleva por título "El beso".

La pieza que vamos a analizar está realizada en mármol pero sabemos que Rodin también trabajaba en bronce y que realizó una versión de este mismo conjunto en dicho material.

Desde el punto de vista compositivo nos encontramos ante una estructura piramidal. Es una pieza cerrada en el sentido de que no se proyecta hacia el espectador pues ambas figuras aparecen entrelazadas y ajenas al mundo que les rodea; si bien debe indicarse que la pieza está pensada para poder verse desde todos los ángulos posibles. Esto significa que Rodin demanda un observador activo y no pasivo.

En cuanto a las líneas compositivas que recorren la pieza podemos observar la profunda diagonal que recorre el cuerpo de la mujer y que se contrapone con la línea recta marcada por la espalda del hombre. Vista en conjunto, el grupo escultórico está recorrido por líneas curvas originadas en la disposición de los brazos y los cuerpos  de la pareja reforzando la sensación de abrazo. Con respecto a las piernas debe mencionarse la presencia de una línea en zig zag que recorre la pierna izquierda de la mujer y que se contrapone a la línea recta que recorre la pierna del hombre. De este modo Rodin quiere representar el contraste entre lo femenino (curvo) y lo masculino con la presencia de rectas. Además, tenemos que hablar de la presencia de escorzos en ambas figuras de manera que, al rodear el espectador la escultura, se le transmite cierta sensación espacial.

Con respecto al estudio de la figura, ambos personajes aparecen desnudos. Apena podemos apreciar los rasgos diferenciados de sus rostros pues se encuentran fundidos en un beso, como si Rodin quisiera representar con esta acción la fusión de dos seres en un único ser.

Llama la atención el estudio de la anatomía, el suave modelado tanto del cuerpo del hombre como de la mujer, así como el interés por recrearse en la textura de los cuerpos, creando efectos de luces y sombras gracias al trabajo del natural. En cuanto al lenguaje corporal de ambos personajes no es rígido y tampoco estático, pues el predominio de líneas curvas que envuelven al conjunto nos transmite cierto efecto dinámico.

En cuanto a las influencias es importante indicar las referencias a la antigüedad clásica, y también a la obra de Miguel Ángel del que adopta no sólo el estudio anatómico de los cuerpos, sino también, el aspecto inacabado de algunos detalles que puede verse en la base sobre la que se sientan los amantes de Rodin.

Con respecto  al contexto, hemos indicado al principio que la imagen pertenece a la segunda mitad del siglo XIX. Es un periodo en el que la Segunda Revolución Industrial comienza a consolidarse reflejándose su efecto en lo económico y social con el crecimiento poblacional y la transformación de las principales ciudades. Pero también tiene su reflejo en la política de la época, otorgando una gran relevancia al Imperialismo debido a la necesidad de buscar nuevos mercados fuera de Europa donde poder vender los excedentes industriales; y la consolidación de proyectos de unificación como los vividos en Alemania e Italia.

En el apartado de las artes, la segunda mitad del siglo XIX es decisiva para introducir cambios notables en el arte. En el caso de la arquitectura se observan con la incorporación de nuevos materiales como el hierro, el vidrio y el acero. En el caso de la pintura un cambio relevante se produce con la corriente Realista surgida a raíz de los cambios y revueltas sociales de finales de la década de los 30. Pero se hará más notable con la irrupción de los Impresionistas a finales de la década de los 60.

En el caso de la escultura, Auguste Rodin es considerado el principal renovador de esta corriente. Rodin rompe con la tradición de la escultura Neoclásica tan en boga en la primera mitad del periodo decimonónico, y apuesta por un concepto nuevo de la escultura. Un proyecto que aúna el estudio de la escultura de la Grecia clásica con los principales representantes del Renacimiento italiano como Donatello o Miguel Ángel. El resultado es conseguir una escultura más libre, trabajando del natural. Esto significa que ahora el escultor observa a su modelo que posa desnudo en el taller, pero no es un modelo estático sino que puede moverse, de manera que el escultor tenga más información a la hora de hacer su obra. Una información que se concentra en el estudio anatómico, pero también en el movimiento y sobre todo en cómo inciden las luces y las sombras sobre el cuerpo humano.

El conjunto que hemos analizado y que responde al nombre de "El beso", en origen no fue concebido como una escultura en solitario, sino formando parte de un conjunto conocido con el nombre de "La puertas del infierno". El proyecto no llegó a materializarse pudiendo ser disfrutada esta imagen en solitario. El tema muestra a dos amantes para los que Rodin se basó en Paolo Malatesta y Francesca da Rimini que Dante incluye en la "Divina Comedia". Son amantes trágicos que en el imaginario de Dante personifican la lujuria.

Por último, podemos indicar que en el taller de Rodin, trabajan importantes discípulos entre los que se pueden mencionar a Camile Claudel y Constantin Brancusi. Este último será saludado como uno de los principales escultores primitivistas de la escultura en las primeras décadas del siglo XX.

Referencia de las imágenes utilizadas en la presente entrada:

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