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lunes, 30 de marzo de 2020

MIGUEL ÁNGEL ESCULTURA III


En la imagen de la izquierda puedes ver una panorámica general de la Capilla de los Médici que se encuentra en el interior de la Basílica de San Lorenzo en Florencia.

Esta capilla está destinada a albergar los sepulcros de dos de los miembros más célebres de la familia Médici: Giulano y Lorenzo de Médicis, este último apodado "El Magnífico". 

En la capilla, Miguel Ángel trabaja en el diseño arquitectónico y también se encarga de las esculturas que forman parte de los monumentos funerarios. Este proyecto escultórico fue un encargo personal que el Papa Clemente VII realiza a Miguel Ángel y en el que está trabajando entre los años 1521-1534.


Nos centramos en primer lugar en la tumba de Lorenzo "el Magnífico" que puedes sobre estas líneas. Como puedes apreciar se trata de un sepulcro adosado a la pared. En el muro encontramos la imagen del propio Lorenzo que aparece sentado con aire reflexivo.

La actitud de Lorenzo simboliza la vida pasiva y esta idea tiene que ver con la personalidad del personaje. En vida Lorenzo de Médici se caracterizó más por ser un gran orador que un hombre de acción; y esa es la faceta que Buonarroti quiere representar con su retrato. Esta idea se observa claramente en la colocación de las extremidades inferiores que aparecen cruzadas, así en cómo apoya el mentón sobre la mano izquierda.

La figura de Lorenzo aparece colocada en el interior de una hornacina espacio que está flanqueado, a derecha e izquierda, por dobles pilastras rematadas por capiteles de inspiración clásica. Fíjate además que en esta vista general podemos apreciar la existencia de dos hornacinas, una a cada lado de la principal, que se rematan por frontones semicirculares sostenidos por ménsulas.

Como puedes apreciar en la imagen general, el sepulcro de Lorenzo se completa con la presencia de dos figuras simbólicas que descansan en los laterales.

La figura que puedes ver aquí, es una figura femenina que representa a la Aurora. Observa la poderosa anatomía que presenta una fuerte conexión con el Laocoonte. La Aurora aparece recostada en ademán de desperezarse de un prolongado sueño del que parece no querer despertar.

En el lado opuesto observamos una figura masculina que simboliza el Crepúsculo. También en este caso llama la atención el estudio anatómico de la figura. El Crepúsculo también aparece tumbado, aunque fíjate en la colocación de las extremidades y del lenguaje corporal, aparece más relajado, y eso se debe a que el Crepúsculo es la franja del día que antecede a la noche y por tanto al descanso. En este caso al descanso eterno.


Sobre estas líneas puedes ver una imagen general del sepulcro de Juliano de Médicis. Si te fijas se observa la misma disposición que el observado en el de Lorenzo. Es un sepulcro adosado a la pared. También la figura del difunto aparece sentado en el interior de una hornacina. Dicha hornacina está flanqueada por dobles pilastras rematadas por capiteles de inspiración clásica. Observa en esta vista general la presencia de hornacinas rematadas por frontones semicirculares que se apoyan en ménsulas, igual que lo observado en el sepulcro de Lorenzo.

En cuanto a la figura de Juliano, en este caso simboliza la vida activa; esto se observa en el lenguaje corporal del personaje, tanto en el movimiento del torso como en la representación de las extremidades inferiores, con una pierna más atrasada que otra, da la impresión de que va a levantarse para entrar en acción de un momento a otro. Juliano, en vida, al contrario que su hermano Lorenzo era un hombre de acción y de pocas palabras, y esta es la idea que Miguel Ángel ha querido transmitir con su escultura. Unos retratos, los de Juliano y Lorenzo, que se tratan de retratos idealizados recogiendo así la herencia grecorromana.

Si en la tumba de Lorenzo encontrábamos figuras simbólicas, aquí vuelve a pasar lo mismo. En la imagen puedes ver una figura femenina de rotunda anatomía que simboliza la Noche. Aparece reclinada con la pierna izquierda flexionada en cuyo muslo apoya el codo del brazo derecho que sirve de apoyo a la cabeza. Una cabeza que baja hacia el pecho dejándose llevar por un profundo sueño. Además, a los pies de la Noche encontramos la figura de una lechuza, ave nocturna por excelencia.


Por último, a la derecha, puedes ver la otra figura simbólica que completa el sepulcro de Juliano. Se trata del Día.

Es una representación masculina, donde al margen del estudio anatómico, llama la atención la posición del personaje en un marcado escorzo, así como la colocación de las piernas que otorgan cierto aire de inestabilidad a la figura. En cuanto a líneas se observa la presencia de un zig-zag que recorre toda la obra. Sin olvidarnos del carácter desdibujado que se puede observar en su rostro.

Para cerrar nuestro repaso por la obra escultórica de Miguel Ángel, nos vamos a parar en dos obras de su periodo de vejez.

La primera es la que puedes ver a la izquierda. Se trata de la "Pietá firenze" realizada en 1550 y que actualmente se conserva en el Museo de la Ópera del Duomo en Florencia.

Observa que volvemos a encontrarnos con la estructura piramidal que ya habíamos observado en la "Pietá" del Vaticano. Si bien aquí las figuras aparecen de pie. Ademas, la figura de la Virgen deja paso a una representación de Dios Padre que es quien sostiene el cuerpo de Cristo auxiliado con dos ángeles a cada lado.

Fíjate, además, en la curva tan pronunciada que recorre el cuerpo de Cristo, dando la sensación de que las tres figuras mencionadas, a duras penas pueden sostener este cuerpo sin vida que parece resbalarse.


A la derecha puedes ver una de las últimas obras realizadas por Miguel Ángel antes de moriri, la "Piedad Rodanini" realizada entre los años 1552-1555.

La obra quedó inacabada al sorprenderle la muerte y se piensa que Miguel Ángel estaba trabajando en ella para colocarla en su propio monumento funerario.

Lo más destacado es su inacabado que te permite fijarte en las diferentes texturas que se pueden observar en el mármol. A nivel compositivo vuelve a apostar por la composición piramidal similar a la observada en la imagen anterior. En este caso dos figuras de pie, y la presencia de una profunda curva que parece recorrerlas.





Bibliografía:

V. V. A. A. (1994) Historia universal del arte. Renacimiento I. Planeta.
V. V. A. A. (1994) Historia universal del arte. Renacimiento II /Manierismo.  Planeta.
V. V. A. A. (2000) Miguel Ángel. El desafío del hombre a la materia. Electa.
COPPLESTONE, T. (2007) Miguel Ángel. Lesma ediciones.
GARCÍA PONCE DE LEÓN, P. (2006) Miguel Ángel. Pintor, arquitecto y escultor universal. Libsa.


Referencias de las imágenes utilizadas para esta entrada:




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